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honradez, con decencia.
un embaucador, no elude responsabilidad, se conduce con
mucho a su favor: no es perezoso; es ágil, y además no es
primer intento en el ámbito “profesional”. Él todavía tiene
primeros pasos y la conexión con aquellos mercaderes es su
A esta altura del relato, el Sabiondo recién está dando sus
mucho éxito si hubiera elegido ir por la buena senda.
tenía buenos rasgos de carácter, y que podría haber tenido
explicación. Vemos entonces que al principio, el Sabiondo
en realidad él podría haberse esfumado sin darles ninguna
explica sus motivaciones y los trata con amabilidad, ya que
porque les da las gracias a las personas que lo trajeron y
Acá vemos que el Sabiondo todavía no se echó a perder,
había servido en el camino.
cuanto al hecho de que lo hubieran traído hasta aquí, él ya los
y les dijo que no tenía deseos de continuar junto a ellas. Y en
Entonces volvió con las personas con las que había llegado
por las cuales esforzarse.
Hashem encuentra cosas profundas, maravillosas y eternas
Hashem en cada cosa. Pero aquel que busca la voluntad de
únicamente para aquellos que no buscan la voluntad de
belleza física, por la comodidad, que son todas tentaciones
eso se equivoca y se deja llevar por las apariencias, por la
inteligencia sin pensar qué es lo que quiere Hashem, por
que, debido a que no actúa por emuná, sino que utiliza su
La regla que se repite constantemente en el Sabiondo es
es mi objetivo? ¿Qué es lo que Hashem quiere?”.
forma en que él encara el tema, que él no se pregunta: “¿Cuál
Sabiondo no es esencialmente errónea. El problema es la
quedarse en su lugar y es por eso que la consideración del
de viajar constantemente o no, por supuesto que es preferible
Como ya dijimos, si la persona tiene la libertad de elección
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Capítulo Dos: Los hijos crecen | 63 poder casarse y ganarse la vida, De hecho, el principal motivo por el cual uno trabaja es para Y ahora el Sabiondo empieza a pensar en el ob
El poder de dominarse
El Sabiondo, que recién ahora llegó a la conclusión de que
dar vueltas por el mundo sin hacer nada no lo está llevando a
ninguna parte, seguramente habrá pensado en sentar cabeza
y vivir con un objetivo en algún momento de sus viajes. El
problema es que no poseía la fuerza de voluntad necesaria
para superar todas las tentaciones. Y eso mismo es lo que
ocurre con todas las pasiones: uno sabe, dentro de sí mismo,
que es algo malo, pero como no tiene fuerza para dominarse,
se engaña a sí mismo pensando que es algo bueno.
En realidad, nadie tiene poder para dominar sus pasiones,
tal como lo expresa la Guemará: “Cada día el mal instinto
domina al hombre, y de no ser por el Creador, uno no podría
dominarlo…”. Únicamente aquel que ora y Le pide al
Rey, recibe de Él las fuerzas necesarias para dominar sus
pasiones. Y el que ora en forma abundante puede incluso
anularlas por completo, tal como enseña Rabí Najman de
Breslev en Likutey Moharán I:52.
A continuación presentaremos varios ejemplos de cómo el
hecho de dejarse llevar por las pasiones es como una muerte
en vida:
Los drogadictos, por ejemplo, saben perfectamente que las
drogas les hacen daño, porque es sabido que muchos de ellos
se suicidan o mueren de sobredosis, etc. E incluso hasta el
momento en que se mueren en el sentido literal de la palabra,
viven una muerte en vida y a pesar de todo eso, no logran
dominar su impulso físico.
Otros son adictos a la pornografía, que es algo terrible,
porque toman el acto más sublime y más bello que puede
existir entre un hombre y una mujer y lo convierten en una
inmundicia. Estas personas se pasan horas sentadas frente a la
computadora mirando películas que les corrompen la mente
y viven una vida de continuo sufrimiento y auto-destrucción.
Sus actos sucios invocan la ira Divina y pierden toda la alegría
de vivir. Se vuelven locos, porque, tal como dice Rabí Najman
#-- - 18375-UV | 2 - B | 17-04-19 | 15:27:35 | SR:-- | Black que se les antoje. Ahora ellos tienen que empezar a usar las ahora ellos están a cargo de ellos mismos, y pueden hacer lo etc. Pero ahora empieza su verdadero libre albedrío, porque a sus hijos: qué hacían, cuándo lo
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Los hijos crecen
Capítulo Dos: