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al  proveedor  de  su  amigo  para  pedirle  grasa  de  eje.  Sin
 llegue… necesariamente deberá ser errónea.
                                                              El vendedor no lo pensó dos veces y enseguida se dirigió
 voluntad Divina. Por consiguiente, toda conclusión a la que
                                                              excelente calidad para que aceitara las ruedas”.
 en  su  propia  filosofía,  en  vez  de  confiar  en  la  emuná  y  la
                                                              ocurre es que mi proveedor de la ciudad me dio grasa de
 Nuevamente vemos que el Sabiondo confía en “su verdad”,
                                                              “No es ningún secreto”, respondió el mercader. “Lo que
                                                              vieja como la mía. Dime por favor cuál es tu secreto”.
 que siempre iba a ser necesario e importante.
                                                              lejos vi lo bien que viaja tu carreta, pero yo sé que es tan
 conclusión de que tenía que estudiar medicina, que era algo
                                                              carreta y su propio caballo. El vecino le comentó: “Desde
 Haciendo  uso  de  su  inteligencia  y  su  filosofía,  llegó  a  la
                                                              con un vecino, un vendedor ambulante que tenía su propia
 será que aprenda alguna profesión que siempre tenga valor”.
                                                              En el medio del viaje de regreso, el mercader se encontró
 momento en el que ninguno de los dos valga de algo. Mejor
 “A pesar de que tengo dos oficios, es posible que llegue un
                                                              moverse con facilidad y las ruedas dejaron de chirriar.
 Sin  embargo,  él  seguía  filosofando  acerca  de  su  situación:
                                                              dio la grasa que necesitaba. Entonces la carreta empezó a
                                                              la carreta?”. El proveedor le dijo que sí y muy sonriente le
                                                              poco de grasa de eje para que pueda aceitar las ruedas de
 este mundo y puede ser verdaderamente feliz.
                                                              proveedor y le preguntó: “¿Me haría el favor de darme un
 existe en el mundo, realmente ha descubierto su misión en
                                                              Entonces el mercader entró nuevamente al negocio del
 y por conectarse a Él, que es la única verdad auténtica que
                                                              una carga tan grande de mercadería que no podía moverse.
 persona que se esfuerza por establecer un lazo con el Creador
                                                              adquirir rollos de tela de su proveedor. Pero la carreta tenía
 no  establezca  una  conexión  con  el  Creador.  Únicamente  la
                                                              Ucrania emprendió su viaje anual a la gran ciudad a fin de
 hemos dicho, el alma se siente insatisfecha todo el tiempo que
                                                              Una vez, un mercader textil que vivía en un pueblito de
 puede empezar a vivir? Por supuesto que no. Porque como ya
 ahora  se  quedó  tranquilo?  ¿Esto  ya  era  suficiente?  ¿Ahora
 y tallador de piedras preciosas. ¿Acaso ustedes piensan que
 destacó. Ahora tenía dos oficios complementarios: era orfebre
 El Sabiondo aprendió otro oficio más, y también en ese oficio se
 de año.
 oficio en un lapso relativamente breve, en apenas un cuarto
 virtud  de  su  gran  inteligencia,  él  se  hizo  experto  de  aquel
 Así fue como se hizo aprendiz de un tallador de gemas. En
 de ninguna manera ser feliz.
 otra persona. Vemos entonces que sin emuná uno no puede
 parte, haciendo alguna otra cosa o haberse casado con alguna
 que hace; todo el tiempo fantasea con estar en alguna otra
 Capítulo Dos:  Los hijos crecen   | 83
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                                          Capítulo Dos:  Los hijos crecen   | 67  sustento. Rabí Najman le respondió con la siguiente parábola:  que le diera una bendición para que tuviera un amplio   En cierta ocasión, alguien fue a ver a Rabí Najman a pedirle   ruedas”, tal como queda en claro a parti
           Volviendo  al relato  del Sabiondo.  El  solo  hecho de  que  el
           Sabiondo haya llegado a la conclusión de que tiene que
           ponerse una meta en la vida, eso ya de por sí es excelente.
           La pregunta es con qué herramientas va a alcanzar esa meta.
           ¿Acaso con emuná, sabiendo que hay un Creador que lo
           creó a él con una meta específica, y preguntándole a Él cuál
           es esa meta? ¿O empecinándose en su visión de vida hereje,
           pensando que él es dueño de hacer lo que se le antoje?
           Si el Sabiondo continúa dependiendo de su propia
           inteligencia, tal como lo ha venido haciendo hasta ahora,
           entonces continuará equivocándose y perdiendo el tiempo. En
           efecto, eso es lo que sucede y el Sabiondo opta por continuar
           empecinadamente en su mal camino:
           Y empezó a filosofar acerca del oficio que le convenía aprender.
           Rabí Najman enfatiza que el Sabiondo empezó a pensar con
           su  propia  filosofía,  o  sea,  su  arrogancia  no  hizo  más  que
           aumentar, y él piensa que “él” sabe, y “él” es sabio, y “él”
           piensa, etc. En síntesis: él insiste en su visión hereje de la
           vida. Porque el Sabiondo no decide cambiar ahora cambiar
           de rumbo en su vida, sino que sigue dejándose dominar por
           sus pasiones. Y su más grande pasión es enaltecer su propia
           inteligencia y es por eso que continúa actuando según su
           propio entendimiento. Y si bien al principio parecía que iba
           a hacer algo productivo, como ser orfebre, y luego tallador
           de  piedras  preciosas  y  luego  médico,  finalmente  continuó
           deambulando sin una meta ni un rumbo específico excepto la
           satisfacción de su ego ya de por sí engrandecido.
           ¿Dónde estoy parado?
           Es evidente que uno no puede saber cuál es su meta en la
           vida si no sabe antes dónde está parado. ¿Cómo uno puede
           plantearse una meta en la vida cuando ni siquiera es consciente
           de que existe un Creador que creó el mundo con un objetivo  cumplirla.   debido a que no aceptó la verdad, porque le resultaba difícil   a los niveles posteriores, sino que va de mal en peor. Y todo   surge un antagonismo, y por supuesto que no puede avanzar   que no surge en la persona el de
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 entender el oficio e incluso entonces no era ningún experto.
 persona  simple,  estudió  mucho  tiempo  hasta  que  logró
 El  Simple  aprendió  el  oficio  de  zapatero  y  como  era  una



 condiciones de aceptar la Torá.
 que dejaron de lado su lógica y su intelecto, estuvieron en
 nada si ellos hubieran seguido siendo idólatras. Pero una vez
 a cabo por intermedio de Moisés no les habrían servido de
 Todos los prodigios y todas las maravillas que Hashem llevó
 su lógica y su intelecto, no podrían haber recibido la Torá.
 se habían vuelto idólatras. Y si no hubieran dejado a un lado
 nivel de sabiduría pero debido a la influencia de los egipcios,
 En la entrega de la Torá, los israelitas eran un pueblo de alto

 de la generación”.
 poseyera nada de sabiduría, fuera de la que reciba del tzadik
 izquierda y que deje a un lado su propia lógica, como si no
 obedezca sus palabras sin desviarse ni a la derecha ni a la
 es que uno se conecte con el tzadik de la generación y que
 “El principio fundamental del cual depende todo lo demás
 Likutey Moharán (I:123):
 sabiduría del Simple. Y esto es lo que dice Rabí Najman en el
 que de otro modo no vamos a poder alcanzar la verdadera
 Rabí Najman nos insta a dejar a un lado toda la lógica, ya
 Antes de empezar a describir el comportamiento del Simple,

 historia del Simple:
 Ahora dejemos de lado la historia del Sabiondo y empecemos la







 La Simplicidad
 Capítulo Tres:
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