Page 32 - Auge y caída del antiguo Egipto
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Las pirámides de Giza representan el símbolo definitorio del antiguo Egipto. En
términos históricos, señalan el primer gran florecimiento de la civilización
faraónica, el Imperio Antiguo. Pero las pirámides y la sofisticada cultura que
representan no surgieron de repente, plenamente formadas, sin un largo período
de gestación. Los orígenes y el desarrollo inicial de la civilización de Egipto se
remontan al menos a dos mil años antes de las pirámides, al remoto pasado
prehistórico del país.
Durante un período de muchos siglos, las comunidades que vivían en el fértil
valle del Nilo y en las secas praderas que se extendían al este y al oeste
desarrollaron las principales piedras angulares de la cultura egipcia, su
cosmovisión característica, configurada por su peculiar entorno natural. Cuando
los diversos territorios rivales pasaron, mediante el comercio y la conquista, a
forjar el primer Estado-nación del mundo, el ritmo del desarrollo social se
aceleró, y con el advenimiento de la primera dinastía de reyes egipcios se
completó la lista de los principales elementos del cuadro.
Los ochos siglos siguientes presenciaron el surgimiento de una gran
civilización y de su más plena expresión en los monumentos más representativos
de la meseta de Giza. Sin embargo, y como los propios egipcios sabían muy
bien, el orden y el caos van constantemente de la mano. Tan rápidamente como
había florecido, aquel Estado, sometido a una tensión excesiva, se marchitó bajo
las presiones internas y externas, llevando el Imperio Antiguo a un final
ignominioso.
En esta primera parte se examina esa grandeza y decadencia inicial del
antiguo Egipto, desde su extraordinario nacimiento hasta su cenit cultural en el
apogeo de la Era de las Pirámides y su posterior decadencia; el primero de
muchos ciclos similares en la larga historia de los faraones. Si hay un rasgo