Page 12 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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ron los artistas como objeto de sus composiciones, incluso al final de
       la Antigüedad. La misma suerte corrió el tema del juicio de Paris, pues
       las  sagas  de Aquiles y de Paris pervivieron más  de mil años.  Como
       ejemplo  del primer baño  de Aquiles  basta recordar un  mosaico  de
       Nea Pafos, en Chipre. En el centro del pavimento se encuentra Tetis
       recostada en una kliné\ y junto a ella Peleo sentado. La niñera Anatro-
       fe conduce al bebé al baño. A sus espaldas lleva Ambrosia un jarro de
       agua. Detrás de Peleo, en pie, se encuentran las tres Parcas, tejiendo el
       futuro del niño. Clotho sostiene la rueca, que decide su vida. Laque-
       sis lleva un díptico, dispuesta a escribir los acontecimientos de la vida
       del recién nacido; y Athropos  un volumen  abierto.  Este pavimento
       está fechado en el siglo v1. No deja de ser interesante señalar que en el
       Bajo Imperio romano la saga del baño de Aquiles inspiró todavía a mu­
       chos artistas: basta recordar el puteal de mármol del Museo Capitolino
       de Roma, con una escena muy sencilla, pues sólo participan Tetis acos­
       tada en la kliné y la sirvienta que introduce al bebé en el recipiente
       con agua2; o el plato argénteo del Museo de Augst, de mediados del
       siglo iv d.C., en el que aparece Tetis sentada en una cama y hacia ella
       se dirige la criada para tomar en sus manos al pequeño3.



       Ba ñ o en la laguna E stcgia
          El segundo episodio de la vida de Aquiles es el baño en la laguna
       Estigia que lo convierte en inmortal. Al contacto del agua se hizo in­
       vulnerable, excepto en una parte del pie por donde fue sujetado, el ta­
       lón. La saga está representada varias veces en relieves, en toréutica, en
       terracotas y en gemas4. Tan sólo recordaremos un puteal del Museo
       Capitolino  de  Roma,  en  el  que  se ve  a Tetis  introduciendo,  como
       siempre boca abajo, a Aquiles en las aguas de la laguna Estigia, delan­
       te de una ninfa fácilmente reconocible por el cántaro caído en el sue­
       lo derramando el agua que contenía5.
          Queremos recordar también un mosaico de Antalya, muy tosco,
       fechado en el siglo v, publicado por nosotros6, en el que Tetis toma as-



          1 Michaelides,  Cypriot Mosaics, Nicosia 1987, 44-45, lám. XXXI.

         2  A. Kossatz-Deissmann, «Achilleus», LIM C I, 42, lám. 56, η. 2.
         3  Ibid., 43, lám. 56, η. 4.
         4  Ibid., 43-45, láms. 57-58, 16,18b.
         5  Ibid., 43, lám. 57, n.  10.
         6 J. M. Blázquez, Mosaicos romanos de España, Madrid, 1993, 615.
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