Page 59 - ¿Y si quedamos como amigos?
P. 59

******Created by ebook converter - www.ebook-converter.com******




             —Y bien —empecé a juguetear con su pelo, que cambiaba de color en función de la
          estación, como los árboles. En aquel momento era castaño oscuro con reflejos rojizos
          —. Cuéntamelo todo. ¿Qué tal Año Nuevo?
             La  sonrisa  desapareció  de  su  rostro.  Debería  haber  sido  más  listo  y  no  sacar  a

          colación una y otra vez un tema que le recordaba a su mamá.
             —Bien —respondió—. Este… ¿cuándo tienes pensado ir a ver a Emily?
             Miré el reloj.
             —Le dije que el avión aterrizaba más o menos a esta hora, así que debería llamarla

          enseguida.
             —Sí, llámala. Tiene muchas ganas de verte.
             Por cosas como esa sabía que Macallan era la mejor amiga del mundo. Hacía diez
          días que no nos veíamos, pero allí estaba ella pidiéndome que llamara a mi novia.

             —¿Me acompañas a su casa?
             Aún no tenía ganas de despedirme de ella.
             Negó con la cabeza.
             —No, tendrán ganas de estar solos.

             —Ven aquí —la abracé con fuerza—. Eres la mejor. Lo sabes, ¿verdad?
             Macallan sonrió con timidez. Yo no quería marcharme, porque saltaba a la vista que
          le  pasaba  algo.  Por  otro  lado,  a  lo  mejor  necesitaba  quedarse  a  solas;  no  veía  el
          momento de que me largara de allí.

             —Tú también —repuso con infinita tristeza.
             Mientras recorría las siete cuadras que me separaban de la casa de Emily, no podía
          sacarme a Macallan de la cabeza.
             Mi mejor amiga me necesitaba, y yo tenía que averiguar cómo ayudarla.

             Sin embargo, antes tenía que ver a mi fantástica novia.

          —¡LEVI! —gritó Emily antes de que alcanzara la puerta siquiera.
             Salió corriendo al jardín y me besó. Reconozco que el gesto me ayudó a entrar en

          calor.
             —¡Pensaba que me llamarías en cuanto aterrizaras! Estaba preocupada.
             Me jaló de la mano y me llevó adentro.
             Estaba  tan  inquieto  por  Macallan  que  había  olvidado  avisar  a  Emily  de  que  me

          dirigía hacia allí.
             —Tuve  que  pasar  por  la  casa  de  Macallan  —le  expliqué.  No  quería  decirle  más
          mentiras.
             —Ah, ¿viste a Macallan? —sonrió de oreja a oreja—. ¿Y de qué hablaron?

             Me encogí de hombros.
             —De nada en especial. Es que aún no le había dado su regalo de Navidad.


          ******ebook converter DEMO - www.ebook-converter.com*******
   54   55   56   57   58   59   60   61   62   63   64