Page 105 - Debate anti-utopico
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La izquierda desfigurada en los tiempos democráticos 105
que la contradicción principal en Bolivia “opera entre las clases explota-
das de la nación dependiente y el imperialismo”, declaración hueca que
jamás tuvo sentido estratégico, ni tampoco expresó con honestidad las
verdaderas intenciones del MIR.
Se inventó el famoso entronque histórico para explicar la articulación
entre los principios revolucionarios de 1952 y el nacimiento hegemónico de
una nueva izquierda nacional, expresada en el liderazgo de Paz Zamora.
Empero, el MIR rápidamente cambió su piel ideológica pasando del
tono armado hacia una social-democracia que le permita llegar al poder
con astucia en las negociaciones políticas, menospreciando cualquier
compromiso ideológico pues el entronque quedó sin efecto cuando Paz
Zamora llegó a la Vicepresidencia junto a Hernán Siles Suazo en 1982, a
quien dejó solo en medio del caos político-económico que destruyó a la
entonces Unidad Democrática y Popular (UDP).
El MIR entró y salió del gobierno de la UDP en dos oportunida-
des sin importarle los perversos efectos de semejante irresponsabilidad
durante los momentos de inestabilidad y riesgo de retroceso autorita-
rio en los albores del sistema democrático (1982-1985). Aquella época
todavía existían el Bloque Social Revolucionario y el Frente de Masas
Obrero, cuotas de compromiso populista dentro del partido que rápida-
mente se desvanecieron cuando el MIR se convirtió en Nueva Mayoría:
la incorporación de importantes empresarios privados que quebraron el
entronque histórico con una mezcla de liberalismo económico, demo-
cracia representativa, privilegios de elite y ambiciones incontrolables de
legar al poder, rompiendo toda identidad utópica que podía definir a la
izquierda nacionalista.
En 1984 el ex presidente Siles fue secuestrado por unas horas, mien-
tras que misteriosamente Paz Zamora se encontraba en Europa, lo cual
provocó una crisis constitucional ante la incertidumbre por el rapto de
Siles. En aquel entonces, Eid, como siempre, trató de justificar la acti-
tud desleal del MIR pero un año más tarde, en 1985, el MIR abandonaba