Page 101 - Debate anti-utopico
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La izquierda desfigurada en los tiempos democráticos        101



            análisis coyunturales, ubicuos para sacar ventaja de acusaciones en con-
            tra de otros partidos dominantes y el MBL se auto-promocionó como
            un ilusorio reservorio moral dentro de la praxis política.
                En un informe de 1994 donde se evaluaba el primer año de la coali-
            ción de gobierno MNR-MRTKL-UCS-MBL, Miguel Urioste afirmaba
            que su partido inició la gestión gubernamental debilitado por una falta
            de convicción plena en la aventura de ser gobierno y acomplejado por
            una visión empapada de limpidez ética e ideológica. Urioste afirmaba
            que la identidad del MBL, un año después de ejercer el poder, era otra.
            El MBL quería el poder pero también le tenía miedo al poder. Tenía
            miedo a cambiar o perder su propia identidad. Lo que no dijo fue que la
            identidad del MBL ya había cambiado desde el momento en que talla-
            ron un fino acuerdo con Gonzalo Sánchez de Lozada en julio de 1993
            (Urioste, 1997).
                Estas dudas se asomaron a las ventanas de otros partidos de izquierda
            que transitaron hacia su reubicación en el escenario político. El MBL
             sabía que, para bien o para mal, la palabra socialismo ya no impulsaba el
            corazón de los mejores hombres y mujeres de nuestro siglo y que los con-
            ceptos de revolución difícilmente generarían mejores instituciones que las
            instauradas por la democracia representativa. El MBL pasó de la retórica
            por la revolución hacia el discurso ético de lucha contra la corrupción,
            carentes ya de todo basamento doctrinario y de toda explicación clasista
            o utópica de la política.
                Si el MBL comenzó tímidamente a encarar el poder, en 1997 sabía
            que podía ejercerlo y que los resultados políticamente prudentes estaban
            por encima de cualquier ideología o actitud principista. Súbitamente,
            Urioste ya no continuó con el juicio de responsabilidades al ex ministro
            de educación, Hedim Céspedes; el desempeño de Juan del Granado a la
            cabeza de la Comisión de Derechos Humanos en la Cámara de Dipu-
            tados fue relativamente eficiente, pero el MBL se alineó junto a otros
            partidos para dejar en un agujero negro las aristas más punzantes del caso
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