Page 101 - El libro de San Cipriano : libro completo de verdadera magia, o sea, tesoro del hechicero
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y echando fuego por los ojos y boca. A pesar de mostrarse el Dra-
     gón tan imponente, es  sin embargo, menos de temer que la cabra
     por ser ésta el símbolo de la perfidia y del engaño. El operador
     deberá por lo tanto hallarse siempre en guardia y no dejarse ven-
     cer por apariencia más o menos inocentes. La Cabra representa
     el disimulo y la astucia más refinada: por alto se dice, hablando
     de dicho animal; que tiene "arte" y "pacto" con el diablo.

                           CAPITULO V

                     Transformación de la materia
         Como disgresión es  fácil que conceptúe alguno de nuestros
     lectores el presente capítulo, mas no lo es en efecto, al proponer-
     nos un  fin tan relacionado con las ciencias ocultas, como expo-
     sición de algunos descubrimientos e investigaciones llevadas a ca-
     bo por los sabios que han rendido culto a  la Naturaleza,  estu-
     diando sus fenómenos con la perseverancia y aliento que los es-
     píritus les han concedido.
         Gracias a sus inspiradas observaciones sabemos que las par-
     tículas más ínfimas, son mundos poblados por mutlitud de orga-
     nismos apreciables únicamente en  el campo microscópico, y tam-
     bién sabemos que la tierra en que habitamos.
               junto a lo que en el c'^^lo contemplamos
               no más que un poro llena
               de algún grano de arena
               del fondo de los mares de otro mundo,
               que se agita a su vez en lo profundo
               de un átomo de polvo de granito
               de otro mundo.  .  . y así. hasta lo infinito.
         Sabemos que la materia es indestructible e imperecedera; que
     lo único que  tiene existencia  limitada son  los  cuerpos que  la
     forma; que la muerte de los seres no es más que  la transforma-
     ción de los plasmas que los constituyen; que un cadáver es el fin
     de una vida y el origen de un sinnúmero de ellas, pues su descora-
     posición es el medio en que los gusanos generan, o bien los mate-
     riales que lo componían pasan a enriquecer las plantas facihtando
    su desarrollo.
         Sabemos que nada de lo que existe es  inútil, que todo está
     tan íntimamente unido que si faltase cualquiera de sus elementos,
     el desequilibrio universal pronto nos haría sucumbir.
         Sabemos que todo es una cadena, cuyos eslabones engranan
     unos en otros, la cual gira alrededor del orbe ocupando sucesiva-
     mente todos sus puntos. Así el agua que cae en forma de lluvia
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