Page 118 - Mediavilla-C-Caligrafia
P. 118

pone de manifiesto cuando Catich estima que los remates de la capital prov1enen de
          la  utilización del  pincel ancho, explicación que resulta sorprendente si  tenemos en
          cuenta la existencia de inscripciones griegas del siglo 111  a. de C. que ya presentaban
          remates.  El  autor, incomprensiblemente, no rebate este aspecto histórico. Por otro
          lado, cabe se1ialar que los especialistas han inventariado los textos latinos realizados
          i:l  partir del siglo 11  a. de C. que  presentan  remates y en los que no se aprecia ningún
          indicio del uso del pincel.  A la luz de estas pruebas epigráficas debemos admitir que
          la  idea del remate parece muy anterior al siglo 11 de nuestra era, época en la que se
          asentó el uso de la spathula.
            Por consiguiente, la tesis de The Origin of the Serif pierde gran parte de su
          ~undamento y queda desfasada. Todo hace pensar que el pincel tan solo fue un
          instrumento que resultó práctico para traducir sobre la  piedra la noción del remate.
          Lo que debemos retener de la teoría de Catich es, en primer lugar, que refleja la
          vtsión de un hombre apasionado, dotado de una extraordinaria capacidad de
          observación, que en su  juventud recibió una excelente formación como pintor de
          letra~. También se le debe atribuir el  hecho de haber puesto de manifiesto el uso del
          pincel en el proceso del grabado sobre piedra. finalmente cabe destacar que actuó
          con cierto grado de mala fe, probablemente para dar más crédito a su tesis, al reflejar
          en el libro únicamente aquellas inscripciones cuyo esbozo pintado parece indiscutible.   Base de la colum na !rajan¡~ que contiene la
          /\1  actuar de este modo deja de considerar las letras capitales que no recurrieron al   tn~cripción. Erigida en el año  1 1 3 d. de C.,
                                                                                        C)lél columna de 30m de altura es obra del
          pincel y cuya cantidad no es nada desdeñable. El examen de varios millares de
                                                                                        atquilcclo griego Apolodoro de Damasco.
          inscripciones nos obliga a constatar que su naturaleza parece extremadamente diversa,   A la vez 1umba y monumenlo triunfal, su  rusll'
          de modo que la interpretación de Catich se revela sin duda excesiva, especialmente   en c.:.piral nan a las campai1as VIctoriosas de
                                                                                        Trajano contra los d~ cios ( 107 el. de C.).
          si se aplica al conjunto de las capitales del Imperio.  Sobre este punto hemos de tener
          en cuenta que durante su estancia en Roma, Catich estudió esencialmente la
          columna trajana, de las que tomó copias y fotografías. Su  idea principal y sus
          esfuerzos se centraron en la fiel  reproducción de esta capital trajana mediante
          cierto número de trazos al  pincel. Sin embargo, no está claro que podamos atribuir   John  Slevcns (Estados Unidos),  1986. Alfabeto
          la misma virtuosidad a todos los lapicidas romanos.  Parece poco probable que un   tnrzntlo rápidamente co11  un JJincel de escritura
                                                                                        de pelo ele marta.  Esla caligrafía ha sido
          trazado previo tan sofisticado fuera necesario para obtener un grabado satisfactorio,
                                                                                        ejecutada de una sola pas<Jda, sin ning(111
          sobre todo teniendo en cuenta el eminente sentido práctico Je los romanos.    reLOque.  Formato: so x 30 cm







































                                                                  LA  ("i\PilAL  ROMANA                              •)1
   113   114   115   116   117   118   119   120   121   122   123