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LA RúSTICA




        Y LAS  CURSIVAS




                    RQMANAS
















          Todo parece indicar que los romanos del siglo 1 tenían a su disposición varios
          alfabetos y que los utilizaban con gran habilidad. Éste es un dato r¡ue debemos tener
          en cuenta para comprender el contexto graneo que aquí nos ocupa. Dicha pluraJidad
          de estilos se ve especialmente conl1rmacla por  la existencia de  la  escritura rústica,
          que parece ser fruto ele  un  tratamiento cursivo y  más rápido de la  capital romana.
          S1  nos remitimos a los documentos escritos que se han cun::.ervaclo, esta hipótesis
          parece probable. Desgraciadamente, los vestigios de la rústica no han sobrevivido en
          numero suficiente para permitirnos dilucidar con exactitud las modalidades de este
          fenómeno. Aun así, ciertos documento~ de alta época, particularmente las Elegías de
          Callus, de 22 a. de C.. el  papiro del Carmen de bello Actiacu de Pompeya, así como el
          pa¡mo de Florencia de 45 d. de C., nos dan una idea bastante acertada del sistema de
          la e::.critura rústica. Se trata de un sistema homogéneo cuyo ductus está claramente
          difer<?nciaclo.  No obstante, el hecho de que la rústica parezca estar ya tan  bien
          el<~borada al fmal del siglo 1 a. ele C.  nos obliga a pensar que existió  un  uso y  una
          tradición mucho más antiguos. La  rústica del siglo 1 procedería pues de un modelo
          que se .,upone muy anterior, pero del que no se ha encontrado ningtm ejemplar.
          Un documento de este 1 ipo y de muy alta antigüedad sería muy bien acogido, pues
          disipana de un plumazo numerosa!> dudas y  vacilaciones. Sin duda sería eJ eslabón
          pe1lecto entre la capital monumental y  la  rústica. La existencin en el  siglo lit a. de C.
          dt' una capital que podríamos calificar como descuidada y que ya presenta
          velctdacles de cursiva, probablemente corrobora esto tesis.  Por ol-ro lado, podemos
          imaginar que en una primera Jase, los romanos utilizaron capitales pintadas, más
          estrechas, y que despué::. elaboraron la capital rústica, que conserva los remates
          iniciale::.. Sea corno fuere, ésta última adquirió rápidamente una gran popularidad y
          la podemos encontrar en las paredes de Pompeya, ya sea anunciando combates de   /;pitome de Tito Livio. siglo 111  t'.tpiru romano
                                                                                        (ahura. 26 cm), hallado tn Q¡..yrhyurhos
          gladiadores o ensalzando la~ virtudes del candidato a unas elecciones. Todo parece
                                                                                        (Egipto). Etlado verso del papsro fue ulilizado
          lacilitar la costumbre popular de confiar de este modo las impresiones propias ata   l'n el  )1glo tv para transcribir la Eptslolo a los
          cur;osidad de los viandanlcs, práctica que ciertamente estaba muy en boga enLre los   hebreos en unciales griega~. l.ol1drl'~. Mu~eo
                                                                                         13ritiiniro.
          !JOil1peyanos. Las paredes blancas invitan a  pintar una inscripción sutil o atrevida.
                                                                                        Tran~crlpción de las cu¡¡tro  primer:~~ lrneas:
          El  soldado o el  glad.iaclor para distraerse garabatean las paredes del cuarteL El ocioso
                                                                                         In  Hi~pal11ia Romani caesi.
          recarga de comentarios las paredes de la basílica.  La  facilidad y la moda de escribir   M. FuluioiCn. Manlio cos.
          por doquier las opiniones personales (al carbón, al pincel, al estilo, al  cincel o en   Al'lnlislpax iterum data esl. P Lcpidínus
                                                                                                                    Maximus
          mosnico)  podría sin duda proporcionnrnos material para hacer un peculiar esLudio
                                                                                         pontifelx maximulo Q. Fabturn pr(ae1orem)
          p~icológiCO del hombre de Pompeya. En  la~ calles, el album, una especie de tablón de
                                                                                                                 quod namen.



                                                    L/\ IHil.rtcA  Y  l.A>  I,.(JR:>IY/\5  IIOM¡\NI\H                103
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