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arabesco Jebe ser rico y elaborado, contrariamente a la bastarda italiana, para la
              que debe ser extremadamente sencillo. En la coulée la ornamentación no debe ser
              ni demasiado simple ni demasiado recargada. Por último, la letra inglesa se ve más
              favorecida por un arabesco ligero y refinado, que siempre embellece la composición
              caligráfica y le otorga un delicioso esplendor.
                Antes de terminar este capítulo conviene hacer algunas observaciones sobre
              errores bastante comunes que, no obstante, son fáciles de evitar. En ptimer lugar,
              para no desagradar a la  vista hay que cuidar que nunca se corten entre sí dos trazos
              gruesos o que dos curvas sean exactamente simétricas. Tampoco hay que confundir
              riqueza y fuerza con recargamiento y afectación. Siempre que el arabesco no
              parezca oportuno Jebe evitar1>e su uso. Eu este aspecto, como en otros, la  prudencia
              y la sobriedad son las mejores consejeras, sobre todo 5i  no confiamos en nue::;tn
              h<~bil iclad y estamos poco seguros de nuestro arte.  De cualquier forma, la regla
              de oro consiste en evitar los trazados débiles, amanerados y confusos. Conviene   Ricardo Rousselol,  13t~rrelona 1')7ó. Titulo
              recorJru que en muchas ocasiones un  trazo sencillo  pero intenso tiene más valor   caligrafiado en letra inglt~sa para la promoción
                                                                                             de nn perrume. Su diseño aparece fuertemrnte
              que uno complicado y laborioso en el que la composición tiene demasiado peso.
                                                                                             in Ouido por el estilo americanu.
              Hay que prestar especial atención al lugar donde se cruzan los trazos. Los cortes
              deben ser claros y sin vacilaciones. Para evitar confusiones, los trazos gruesos no
              deben  pasa1  todos por el mismo punto. Los  arabescos deben ser trazados respetando
              el paralelismo. Para crear un sutil contra-equilibrio, las curvas más pequeñas deben
              oponerse a las de mayor tamaño. El arabesco pertenece a esa categoría de cosas que
              no admite las medias tintas: cuando está correctamente realizado puede IJegar a ser
              sublime y en el caso opuesto se torna de golpe execrable.  Los esquemas explicativos
              situados bajo estas líneas ayudarán sin duda al lector a comprender con  mayor
              claridad y precisión el sentido tle nue::;tras indicacíones.





                                                                                             Jzquierlia: est1uema r¡ue 11111estra la estr11ctura
                                                                                             interna úd aral>esxo de la derecha.



                                                                                             Traz11do .unbesco ~egun Herm~ nn Zapf. Debe
                                                                                             observa•  se t!l  rigor y la coh~:rencia con qul:' hnn
                                                                                             sido elaborados los trazos. Tras unn o~ pan•n t e
                                                                                             libertad  s~· esconde una gra11  mAestría en la
                                                                                             ubicación de los gruesos y los pe1 files.











                                                                                             Caligrafía atlornada con un arabesco mal
                                                                                             trazado cuyos principales en·ores se muestran
                                                                                             aquí:  falta de paralelismo de los tres gruesos
                                                                                             oblicuos ( 1,  2, 3): error de espaciamiento e 11
                                                                                             estos últimos (1, 2);  las cttrvas, torpemente
                                                                                             entrecruzadas, aean zonas de confusión que
                                                                                             llevan a error al ojo: las grandes curvas
                                                                                             exteriores son demasiado iguales y simétríc<IS.
                                                                                             y.  finalmentE\ el punto de la  i está mal
                                                                                             colocado.







                                                      L05  MIIE~1" KOS DE  1.05  SI CL05  XV II  Y  XV I I I             2~1
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