Page 82 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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                  también  se  toma  el  tiempo  de  explicar  y  clarificar,  Platón  nos  sumerge  en  el                  mundo de las ideas, nos explica como la existencia de dos mundos, uno sensible                  que  se  puede  conocer  a  través  de  los  sentidos  y  uno  inteligible  que  solo  es                  alcanzable mediante la idea producto de la razón.                         En el relato Platón, nos presenta a unos hombres viviendo en una caverna                  subterránea,  encadenados desde la niñez, y sólo pueden ver hacia adelante, de                  espaldas a la salida de la caverna, lugar donde hay una hoguera que ilumina la                  pared de atrás y entre ellos y la hoguera en lo alto del camino pasa gente llevando                  distintos objetos que se reflejan en la pared de atrás que se encuentra al frente de                  los encadenados, quienes logran ver las sombras que se reflejan en la pared, así                  como  escuchan  las  voces  de  aquellos  que  al  pasar  hablan.  Plantea  el  filósofo                  ateniense que uno de ellos logra escapar de las cadenas y sale al exterior de la                  caverna, quien luego de unos minutos para que sus ojos se adaptasen a la luz y a                  los colores,  logra contemplar un mundo superior al que estaba acostumbrado en                  las sombras,  considera que si volviese a la caverna y le contara a los que aún                  estaban encadenados,  estos les dirían que por haber salido a la luz sus ojos se                  habían dañado y ya no podría ver nada en las sobras.                         El mismo Platón explica la alegoría y nos dice que la caverna es el mundo                  de  lo  visible  o  sensible,  mientras  que  la  salida  de  la  caverna,  la  ascensión,  el                  camino y la contemplación del mundo de arriba simboliza el mundo inteligible. De                  esta  forma  tan  magistral  Platón  nos  presenta  ambos  mundo,  el  sensible  y  el                  inteligible,  perteneciendo  las  ideas  al  segundo  mundo,  en  el  que  la  idea  es                  iluminación, mientras que la ignorancia es oscuridad y sombras.                         Se  puede  considerar  de  Platón  con  esta  alegoría  de  la  caverna,  que  el                  conocimiento que adquirimos del mundo sensible no corresponde con la realidad,                  que solamente podemos captar un reflejo de esa realidad sin profundidad (perdida                  de  la  tercera  dimensión,  o  profundidad,  por  causa  del  reflejo  en  el  pared)  sin                  detalles  y  oscuro,  debido  a  que  nuestros  sentidos  se  encuentran  limitados  y                  acostumbrados  a  esa  forma  de  conocer,  mientras  que  cuando  conocemos                  mediante la intuición de la razón, podemos llegar a la idea de esos reflejos que los                  sentidos perciben, lo cual se logra siguiendo el método dialéctico (camino por el                                                             82
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