Page 13 - LIBRO DE PSICOFARMACOLOGÍA
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Sección I: Farmacodinámica



                  tienen baja afinidad y, por tanto, requieren de una dosis más alta para que se observe una

                  respuesta adecuada) (Azanza, 2005, p.90-94).


                  Bravo  (2002)  indica  que  los efectos  de casi  todos  los  fármacos  son  consecuencia  de  su
                  interacción  con  componentes  macromoleculares  del  organismo;  dichas  interacciones

                  modifican la función del componente pertinente y con ello inician los cambios bioquímicos
                  y  fisiológicos  que  caracterizan  la  respuesta  al  fármaco.  El  término  receptor  denota  el

                  componente del organismo con el cual se supone que interactúa la sustancia química y se ha
                  aplicado de forma práctica para denotar cualquier macromolécula celular con la cual se liga

                  un fármaco para iniciar sus efectos.


                  Castillo (1998) dice que la unión de los fármacos con los receptores utiliza todos los tipos

                  conocidos  de  interacción:  iónica,  enlace  de  hidrógeno,  hidrófoba,  de  van  der  Waals  y
                  covalente. La mayor parte de las interacciones entre fármacos y sus receptores comprende

                  enlaces  de  varios  tipos.  Cuando  el  enlace  es  covalente,  la  acción  del  fármaco  suele  ser

                  prolongada.  Las  interacciones  no  covalentes  de  gran  afinidad  también  suelen  ser
                  irreversibles.


                  La  solidez  de  la  interacción  reversible  entre  un  fármaco  y  su  receptor,  con  base  en  su

                  constante  de  disociación,  se  define  como  afinidad. Tanto  la  afinidad  del  fármaco  por  su
                  receptor como su actividad intrínseca dependen de su estructura química. Esta relación suele

                  ser bastante rigurosa. Cualquier modificación en la molécula del fármaco puede originar

                  cambios importantes en sus propiedades farmacológicas al alterarse su afinidad por uno o
                  más receptores. Con frecuencia estas diferencias obligan a modificar considerablemente la

                  dosis o el esquema posológico para obtener el efecto clínico deseado en los niños o en los
                  ancianos.


                  Además, Rodríguez (2009) expresa que al iniciar la regulación de las funciones fisiológicas

                  y bioquímicas, los receptores por sí mismos están sujetos a muchos controles homeostáticos

                  y de regulación. Tales controles comprenden regulación de la síntesis y degradación del
                  receptor  por  múltiples  mecanismos,  modificación  covalente,  vínculo  con  otras  proteínas

                  reguladoras, cambio de lugar dentro de la célula o bien los dos últimos factores.




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