Page 346 - El Retorno del Rey
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Destino de los Hombres, como se lo llamó después).
Elros fue el primer Rey de Númenor, conocido luego por el nombre alto
élfico de Tar-Minyatur. Los descendientes de Elros tuvieron larga vida, pero
siguieron siendo mortales. Más tarde, cuando se volvieron poderosos, lamentaron
amargamente la elección que había hecho Elros, pues deseaban la inmortalidad
en el curso de la vida del mundo, que era el hado de los Eldar, y murmuraron
contra la Prohibición. De este modo empezaron la rebelión que con ayuda de las
malas enseñanzas de Sauron provocó la Caída de Númenor y la ruina del mundo
antiguo, como se cuenta en la Akallabêth.
Éstos son los nombres de los Reyes y las Reinas de Númenor: Elros Tar-Minyatur,
Vardamir, Tar-Amandil, Tar-Elendil, Tar-Meneldur, Tar-Aldarion, Tar-Anca lime
(la primera Reina Regente), Tar-Anárion, Tar-Súrion, Tar-Telperiën (la segunda
Reina), Tar-Minastir, Tar-Ciryatan, Tar-Atanamir el Grande, Tar-Ancalimon,
Tar-Telemmaitë, Tar-Vanimeldë (la tercera Reina), Tar-Alcarin, Tar-Calmacil.
Después de Calmacil, los Reyes recibieron el cetro adoptando nombres en
lengua Númenóreana (o Adûnaica): Ar-Adûnakhôr, Ar-Zimrathôn, Ar-Sakalthôr,
Ar-Gimilzôr, Ar-Inziladûn. Inziladûn se arrepintió de la actitud de los Reyes y
adoptó el nombre de Tar-Palantir, « El de Vista Penetrante» . La hija de Inziladûn
tuvo que haber sido la cuarta Reina, Tar-Míriel, pero el sobrino del Rey usurpó el
cetro y se convirtió en Ar-Pharazôn el Dorado, último rey de los Númenóreanos.
En los días de Tar-Elendil, los primeros barcos de los Númenóreanos
volvieron a la Tierra Media. La hija mayor de Tar-Elendil se llamaba Silmariën.
El hijo de Silmariën fue Valandil, primero de los Señores de Andúnië en el oeste
de la tierra, y fue renombrado por su amistad con los Eldar. De él descendieron
Amandil, el último señor, y su hijo Elendil el Alto.
El sexto Rey tuvo sólo una hija. Ella fue la primera Reina; pues fue entonces
cuando se promulgó una ley para la casa real: el mayor de los hijos del Rey,
cualquiera fuera su sexo, recibiría el cetro.
El reino de Númenor perduró hasta el término de la Segunda Edad, y su poder y
esplendor crecieron de continuo; y hasta bien pasada la mitad de la Edad también
crecieron la sabiduría y la dicha de los Númenóreanos. El primer signo de la
sombra que habría de caer sobre ellos apareció en los días de Tar-Minastir,
undécimo Rey. Él fue quien envió una gran fuerza en ayuda de Gil-galad.
Amaba a los Eldar, pero los envidiaba. Los Númenóreanos se habían convertido
por entonces en grandes marineros, habían explorado todos los mares hacia el
este y empezaban a añorar las aguas prohibidas del Occidente; y cuanto más
dichosa era su vida, tanto más deseaban la inmortalidad de los Eldar.