Page 35 - Valor Nutritivo de los Cultivos Andinos
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Capítulo IV
4. AUTOECOLOGÍA DE LOS CULTIVOS ANDINOS
La autoecología, es considerada como la ecología del individuo, es decir la ecología propia, la que uno mismo
lleva a cabo. El objetivo de la autoecología es uno solo: el individuo, por lo tanto se enfoca principalmente
en tres cosas de alta importancia, las cuales son el hábitat, la adaptación y el nicho ecológico.
Un hábitat, como todos sabemos, es el lugar donde el individuo/organismo reside, ya sea el agua, el aire
o el suelo. La adaptación surge cuando el medio en el que el individuo crea determinados “problemas”,
debiendo resolver estos problemas para poder sobrevivir en dicho hábitat y así continuar evolucionando
y reproduciéndose para que las futuras generaciones, también vivan en determinado hábitat y se adapten
a él. Finalmente, el último gran punto en donde se enfoca la autoecología es en el nicho ecológico, donde
el individuo desempeña funciones, de acuerdo a la dinámica del hábitat y del ecosistema en el cual habita.
La ecología como ciencia ambiental con amplio basamento en la actividad humana es una ciencia muy
importante que estudia la relación de los seres vivos con su medio ambiente, incluyendo en los primeros los
denominados factores bióticos (como bacterias, plantas, animales, personas…) y en los segundos destacan
los abióticos, o también seres inertes, que conforman sustancias químicas (como la sal, el nitrógeno, los
nutrientes…) y los aspectos físicos ambientales (como la luz, el agua, el calor y el aire).
4.1. La Adaptación en los Andes
El concepto de adaptación, se ha referido a las mutuas transformaciones, llevadas a cabo entre naturaleza
y sociedad. Es decir, se han estudiado tanto los cambios humanos -individuales y sociales- debidos al
ambiente, como los cambios en las características biofísicas del paisaje, producto de la acción socio-cultural
de las poblaciones andinas.
En lo que se refiere a los cambios fisiológicos humanos, se destacan los trabajos, sobre la adaptación de los
habitantes andinos, a las condiciones de alta montaña (Cueto 1990). Los trabajos de Monge (1937, 1928)
no solo explican las modificaciones de la fisiología del habitante andino. En los Andes, el concepto de
adaptación se ha referido a las transformaciones llevadas a cabo entre la naturaleza y la sociedad. Es decir,
se han estudiado tanto los cambios torácicos, cantidad de glóbulos rojos en la sangre, sino que postula
la especificidad de la biología humana andina, como un desarrollo, debido a un proceso adaptativo a las
montañas. Posteriores trabajos descubrieron la “Enfermedad de los Andes” que consiste en la desadaptación
de las personas a las condiciones de altura (Hurtado 1942, Monge 1943, Velarde 1990).
Las modificaciones biológicas de los individuos, viviendo a gran altitud, expresan las adaptaciones de las
especies, a las condiciones de montaña (Baker 1969). En este sentido, investigaciones posteriores realizadas
en el sur andino peruano, mostraron que los pobladores nativos alto andinos, poseen una mayor capacidad
pulmonar, que los habitantes de tierras bajas, lo cual se entiende, como una respuesta adaptativa, para
mantener las funciones respiratorias a gran altura (Baker 1969, Thomas 1997, Velásquez et al. 1976).
Los estudios, sobre cambios fisiológicos en pobladores andinos, establecen que los humanos, se adaptan
a las condiciones de montaña, al igual que otras especies de plantas y animales (Thomas et al. 1976,
Winterhalder y Thomas 1978). Sin embargo, los pobladores andinos han sido capaces de adaptarse, solo
porque su adaptación biológica, ocurrió mientras transformaban el paisaje, para que este les proveyera
medios de subsistencia adecuados, lo que requiere usar, todos los recursos posibles en la manera más
eficiente (Browman 1983, Flores-Ochoa 1968, Moseley 2001). En esta perspectiva, paisaje y biota han sido
modificados, mediante procesos de domesticación, agricultura, pastoreo, fuego e irrigación llevados a
cabo por las sociedades andinas.
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