Page 40 - Valor Nutritivo de los Cultivos Andinos
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Valor Nutritivo de los Cultivos Nativos Andinos
en cinco Provincias de la Región Cusco
5.3. Nutrientes y su presencia en los cultivos andinos
En las comunidades campesinas, la alimentación es esencialmente a base de vegetales, predominando
los tubérculos (papa, oca y mashua), que son ricos en hidratos de carbono, pero escasos en algunos
aminoácidos esenciales. El consumo de granos (quinua, cañihua y kiwicha) es rico en lisina y metionina
y los granos de tarwi y frijol, compensan las carencias de los tubérculos. También utilizan alimentos de
origen animal (carnes, productos lácteos y huevos), que mejoran la dieta.
Las sales orgánicas e inorgánicas regulan los procesos del organismo, se encuentra en hortalizas, leche,
verduras, frutas, cereales integrales. Las sales orgánicas e inorgánicas al ingresar a la sangre, nutren y
reparan el desgaste de los órganos y da energía y calor al organismo, sin provocar pérdida de su actividad
funcional.
Se hace necesario implementar dietas adecuadas, con el manejo de cultivos andinos y otros alimentos, que
pueda darnos como resultado una alimentación balanceada.
Conociéndose que: UNA RACIÓN ALIMENTICIA DIARIA PARA UNA PERSONA DE 70 KILOS DE PESO, debe
consumir:
Agua potable y/o hervida: 3.5 litros, Proteínas: 70 gramos, Grasas: 70 gramos, Almidones y Azúcares: 400
gramos.
Sales Orgánicas: Calcio 1gramo/día, Fósforo 1gramo/ día, Hierro 15mg. /día. Vitaminas: Vitamina A: 5000
unidades diarias, Vitamina D: 400 a 500 unidades diarias, Vitamina B1 de 1.5 a 2 mg., por 1000 Calorías,
Vitamina B2 de 2 a 3 mg., Niacina 2.5 mg., Vitamina C: 75mg., Vitamina E: 1mg.
Fuente: INS- Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (CENAN) 2009.
5.4. Cultivos andinos
Los cultivos nativos en general y en especial son originarios de la región andina, donde han sido
domesticados dentro de un contexto social y cultural. Es decir, hay una estrecha relación con la manera de
sentir y de vivir que tiene la población andina.
Es más, en la cosmovisión andina la semilla y la planta que crecerá es <<comida>> desde el momento
de la siembra y como tales son criadas con cariño. Incluso son tratadas como personas, participan en la
ritualidad y son hijos de la pachamama.
Para la percepción de las madres campesinas, la talla del niño es poco relevante y ellas observan el peso,
únicamente para saber si está aumentando. Tienen criterios propios, para definir el buen estado general
del niño: sus indicadores son la viveza, las ganas de jugar y de correr. Además, hay que mencionar que
la alimentación del niño menor de cinco años y de la mujer gestante y lactante se rige también por una
cantidad de secretos y saberes ancestrales los que el mundo actual tipifica como <<tabúes>>. Sin embargo,
es fundamental tomarlos en cuenta y no tiene sentido tratar de cambiar un hábito alimentario que no
afecta el estado nutricional.
Los antiguos peruanos, incorporaron la agricultura como una actividad económica fundamental; cuya
etapa previa es la domesticación de los vegetales, que temporalmente es la más larga. Los Andes es uno de
los centros especiales de diversidad, donde encontramos 38 especies de plantas domesticadas (Jacobsen,
2003). Entre las domesticadas tenemos tuberosas, raíces, cereales, pseudocereales, legumbres, granos,
frutas y vegetales.
El consumo de pseudocereales (quinua, cañihua y kiwicha), ricos en lisina y metionina, y de las fabáceas
40 (tarwi, frijol) compensan las carencias de los tubérculos. Además en la zona agroecológica puna, se
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