Page 41 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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categorías kantianas de espacio y tiempo eran positivas y negativas, respectivamente, y
la existencia material era el resultado de la acción recíproca de estas dos expresiones.
Von Schelling sostenía también que, en su proceso de autodesarrollo, lo absoluto
sigue una ley o un ritmo que consiste en tres movimientos: el primero, un movimiento
de reflexión, es el intento de lo infinito de plasmarse en lo finito; el segundo, el de
subsumisión, es el intento de lo absoluto de regresar a lo infinito tras relacionarse con
lo finito; el tercero, el de la razón, es el punto neutro en el cual se combinan los dos
movimientos anteriores.
Como para Georg Wilhehn Friedrich Hegel la intuición intelectual de Von
Schelling carecía de fundamento filosófico, se dedicó a establecer un sistema
filosófico basado en la lógica pura. Se ha dicho de Hegel que, a partir de la nada,
demostró con precisión lógica cómo había surgido todo de ella, siguiendo un orden
lógico. Hegel elevó la lógica a una posición de importancia suprema, de hecho, como
una cualidad de lo absoluto propiamente dicho. Concebía a Dios como un proceso de
desenvolvimiento que jamás alcanza la condición de desenvuelto. Asimismo, el
pensamiento no tiene ni principio ni final. Hegel también creía que todas las cosas
existen gracias a sus contrarios y que en realidad todos los contrarios son idénticos.
Por consiguiente, lo único que existe es la relación de los contrarios entre sí y a través
de sus combinaciones se producen elementos nuevos. Como la mente divina es un
proceso eterno de pensamiento que jamás se alcanza, Hegel ataca los cimientos
mismos del teísmo y su filosofía limita la inmortalidad exclusivamente a la divinidad
eterna. Por consiguiente, la evolución es el flujo incesante de la conciencia divina al
salir de sí misma y toda la creación, a pesar de estar en constante movimiento, jamás
llega a ningún estado más que el de flujo incesante.
La filosofía de Johann Friedrich Herbart fue una reacción realista al idealismo de
Fichte y de Von Schelling. Para Herbart, la verdadera base de la filosofía era la gran
cantidad de fenómenos que pasaban constantemente por la mente humana. Sin
embargo, si se examinan los fenómenos, se demuestra que una gran parte son irreales
o, como mínimo, incapaces de proporcionar a la mente la auténtica verdad. Herbart
opinaba que, para corregir las impresiones falsas provocadas por los fenómenos y
descubrir la realidad, había que descomponer los fenómenos en distintos elementos,
porque la realidad existe en los elementos y no en la totalidad. Afirmaba que los
objetos se pueden clasificar de tres maneras generales: cosa, materia y mente. La
primera es una unidad de varias propiedades; la segunda, un objeto real, y la tercera,
un ser consciente de sí mismo. Sin embargo, los tres conceptos dan lugar a algunas
contradicciones y Herbart se preocupa fundamentalmente de resolverlas. Tengamos en