Page 165 - El libro de Enoc
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y el agua empezó a descender por ellos, hasta que la tierra quedó al
                descubierto, la barca reposó sobre la tierra, la oscuridad se retiró y

                apareció la luz.                                                                 (Gn 8:13)



                Entonces el toro blanco que se había convertido en hombre salió de
                esta barca y con él los tres toros, uno de los cuales era blanco y se
                parecía a ese toro, otro era rojo como sangre y el otro negro.




                Empezaron a engendrar bestias salvajes y aves. Hubo una multitud
                de  toda  especie:  leones,  leopardos,  perros,  lobos,  hienas,  cerdos
                salvajes,  zorros,  ardillas,  jabalís,  halcones,  buitres,  gavilanes,

                águilas y cuervos. En medio de ellos nació otro toro blanco.                    (Gn 10-11)



                Comenzaron  a  morderse  unos  a  otros.  El  toro  blanco  que  había
                nacido en medio de ellos, engendró un asno salvaje y también un
                becerro blanco. El asno salvaje se multiplicó.                              (Gn 21:12-13)




                El  becerro  blanco,  que  había  sido  engendrado  por  el  toro  blanco,
                engendró  un  jabalí  negro  y  un  carnero  blanco.  El  jabalí  engendró
                muchos jabalís y el carnero engendró doce ovejas.

                                                                             (Gn 25:25-26; Gn 35:22-26)

                Cuando estas doce oveja hubieron crecido le dieron una oveja de
                entre  ellas  a  los  asnos  salvajes,  pero  esos  asnos  a  su  vez
                entregaron esa oveja a lobos y la oveja creció entre los lobos.

                                                                                            (Gn 27:12-36)
                El  carnero  guió  a  todas  las  once  ovejas  a  habitar  y  pacer  con  él

                entre  los  lobos  y  ellas  se  multiplicaron  y  se  transformaron  en  un
                rebaños de numerosas ovejas.                                                   (Gn 46:1-7)



                Los lobos empezaron a oprimir al rebaño hasta hacer perecer a sus

                pequeños  y  a  arrojar  a  sus  pequeños  en  una  corriente  de  agua.
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