Page 170 - El libro de Enoc
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El primer carnero persiguió al segundo y este segundo salió y huyó
                de  su  presencia,  pero  vi  hasta  que  los  perros  abatieron  a  aquel

                primer carnero.                                                       (1S 19:9-12; 22-24)



                Después ese segundo carnero se levantó y condujo a las ovejas y
                engendró numerosas ovejas y luego se durmió. Una pequeña oveja
                se convirtió en carnero y fue el juez y el líder en su lugar.

                                                                                     (2S 2:4; 1R 1:38-39)

                Esas ovejas crecieron y se multiplicaron y todos esos perros, zorros
                y  jabalís  tuvieron  miedo  y  huyeron  lejos.  Este  carnero  embistió  y
                mató  a  todas  las  bestias  salvajes  y  esas  bestias  no  tuvieron  más

                poder entre las ovejas ni les guiaron más.



                Esa  casa  llegó  a  ser  grande  y  amplia  y  fue  edificada  por  esas
                ovejas.  Una  torre  elevada  y  grande  fue  construida  sobre  la  casa,
                para el Señor de las ovejas. El campamento era bajo, pero la torre

                muy  alta  y  el  Señor  de  las  ovejas  se  mantenía  sobre  ella  y
                ofrecieron ante Él una mesa llena.                                                 (1R 6-8)



                Después vi a esas ovejas errar de nuevo e ir por una multitud de

                caminos y abandonar su casa. El Señor de las ovejas llamó de entre
                ellas  a  algunas  ovejas  y  las  envió  al  lado  de  las  ovejas,  pero  las
                ovejas comenzaron a asesinarlas.



                Pero, una de ellas fue salvada y no fue muerta, salió y gritó a causa

                de las ovejas y ellas quisieron matarla, pero el Señor de las ovejas
                la  salvó  de  entre  las  manos  de  las  ovejas,  la  hizo  subir  y  habitar

                cerca de mí.                                                                       (2R 2:5)



                Él  envió  sin  embargo  muchas  otras  ovejas  a  esas  ovejas  para
                testificarles y para lamentarse sobre ellas.
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