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Hemos visto la necesidad de plantar nuevas iglesias, cómo debemos diseñar los
                objetivos de la nueva iglesia, qué métodos debemos de emplear, el papel importante
                del fundador y su equipo, un programa de preparación y de discipulado, la impor-
                tancia de la formación en Cristo por medio de la oración y las ofrendas, la vida de la
                nueva iglesia y, finalmente, la autonomía del nuevo cuerpo de creyentes. Vimos otras
                denominaciones y otros países con compromiso en la plantación de iglesias en todo
                el mundo.

                  Es mi firme convicción que plantar iglesias es la manera más efectiva para cambiar
                una nación para Jesucristo. Afirmamos ese compromiso y seguiremos trabajando
                para la extensión del reino de Dios.
                  Para este propósito estamos desarrollando una red de plantadores de iglesias.




                  En 2009-2010 tuvimos varios encuentros con misioneros, con charlas y sesiones
                sobre plantación de iglesias. Yo salí de esas reuniones con mucha carga, diciendo:
                “Si esto es todo lo que estamos ofreciendo a nuestros misioneros, a nuestros líderes,
                para agruparnos, para fortalecernos, estamos ante una necesidad tremenda, porque es
                muy escaso lo que se está haciendo en esta área. Tenemos que darle mucho más énfasis”.

                  Entonces les manifesté a los líderes, y al hermano Ricardo Nicholson que en ese tiem-
                po estaba a cargo de los misioneros en Latinoamérica, la necesidad de hacer una Red de
                Plantadores a la que pudiéramos darles equipamiento y herramientas para los misioneros.
                Después tuvimos varios otros encuentros, y siempre sentía la misma carga. Allí comenté:
                “Es muy escaso nuestro enfoque para la plantación de iglesias”. Si las misiones es uno de
                nuestros pilares en las Asambleas de Dios y creemos firmemente en la Biblia, entonces
                nuestro énfasis debe ser mucho mayor.

                En ese tiempo también estuve en Asunción, Paraguay, en varios encuentros de líderes del
                cono sur, de CADSA, una organización de pastores, y el enfoque de las iglesias nacionales
                en la plantación de iglesias realmente era muy escaso, muy pequeño. Cuando empezaron
                a dar sus informes hablaban de acontecimientos que habían sucedido diez años atrás. Yo
                decía: “No puede ser, están mirando algo que ya fue”. Entonces mencionaba que debíamos
                reenfocar y tener una estrategia, porque realmente nada se estaba haciendo.


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