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no hay crecimiento porque siempre quedan bajo la estructura de la iglesia madre. Por
un tiempo puede ser, pero debe contar con posibilidad de desarrollarse.
Hoy día se habla de iglesias satélite, pero realmente son iglesias anexo, no es un
nuevo concepto. Algunos tienen extensiones en todas partes, aun fuera del país, pero
siempre es importante que esta congregación sea responsable de la administración
de sus recursos financieros. Que no diga: “Bueno, vamos a la iglesia madre que ellos
hagan todo...”. Por un tiempo está bien, pero llega el momento en que debe volar sola.
Cómo en una familia, un padre no quiere que su hijo siempre se quede en casa. Llega
un momento en que el hijo madura, crece y necesita seguir su rumbo, hacerse cargo
de su casa y formar su propia familia. Hay algunos que quieren quedarse siempre en
casa, pero la iglesia saludable es una iglesia sana, fuerte y reproductiva. Es una iglesia
que se reproduce en otras congregaciones.
Por lo tanto es necesario buscar la manera de financiar la nueva obra, teniendo como
meta que se pueda sostener y que este modelo se pueda repetir en el futuro. Siempre
pensando en cómo se plantará la próxima congregación.
Las iglesias llegan a un punto de saturación por las distancias que abarcan. Se ve
gente que viene de distancias significativas, como a cuarenta y cinco minutos o una
hora, a congregarse a la iglesia central. Por ejemplo: una familia se convierte y viene
desde una zona lejana, se congregan pero, a la gente que ellos ganan para el Señor,
les cuesta llegar por la distancia... Es mejor no pensar tanto en mega iglesias, sino en
iglesias madre.
Creo firmemente que debemos pensar no solamente en hacer una iglesia muy gran-
de, sino también en plantar iglesias en zonas distantes, porque la gente no va a venir
de lejos; a lo mejor lo hagan una o dos veces al mes, pero para que asistan todos los
domingos se necesita que haya una iglesia en su barrio.
Puede ser una mega iglesia, pero que también sea una iglesia reproductiva que siga
plantando otras congregaciones. No importa la manera en que se haga, se le puede
poner el mismo nombre, pero lo principal es que la iglesia deje crecer, madurar, avan-
zar, y que permita que los obreros tomen vuelo, que tomen su lugar en otras zonas.
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