Page 124 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—Entiendo. Lamento si te causé alguna angustia —se mordió el labio,
preguntándose si debía continuar. Ella pareció detectar su dilema y se enderezó un poco,
sonriéndole de forma cálida.
—Adelante. Pregúntame lo que desees. No puedo prometer que responderé, pero
lo haré si puedo.
—Debiste haber tenido una experiencia aterradora con los no-muertos —dijo en
voz baja—, ¿Cómo es que seas tan cercana al arzobispo?
Calia se relajó y sonrió a su viejo amigo.
—Él ayudó a salvarme —dijo—, verás, yo lo recordaba. Y en medio de todo ese
horror, cuando estaba huyendo constantemente de tantos a quien amé cuyas mentes y
voluntades habían sido robadas… ver el rostro de alguien que todavía era quien solía
ser…
Ella negó con la cabeza, aún parecía, con asombro por el momento.
—Fue como si la propia esperanza fuese una espada que me atravesaba
limpiamente. Excepto que, en lugar de herirme, me ofrecía la oportunidad de seguir a
través de mi sorpresa y dolor hacia un lugar de sanación. Así que verás, para mí, los
renegados no eran monstruos. Eran amigos. Fue el Azote, las cosas trastabillantes, que
arrastraban los pies que usaban los rostros de mis amigos, ellos se habían convertido en
monstruos.
Faol pareció genuinamente conmovido por sus palabras y Anduin se preguntó si
las había escuchado antes. El arzobispo tomó su mando, acariciando gentilmente la suave
y sana carne humana con sus marchitos, casi momificados dedos.
—Querida hija —dijo. Su voz era gruesa, como llena de lágrimas no derramadas.
¿Los renegados podían llorar? Anduin supo que no tenía idea. Había tanto de ellos que
no conocía—. Querida, querida hija. La alegría fue mía cuando te encontré con vida.
Anduin estaba feliz por haber venido. Había sido, sin duda, la decisión correcta.
—Hay algo que me gustaría hacer —dijo—. Y me gustaría que los dos me
ayudaran.
—Por supuesto, si podemos —respondió Faol.
—Una Guerra terrible ha llegado a su fin. Una que ha mermado tanto a la Horda
como a la Alianza. Decenas de miles de vidas se perdieron, incluidas las de Vol’jin y mi
padre. Ahora escuchamos que nuestro propio mundo puede ser otra víctima, con una
preciosa sustancia que no puedo permitir que caiga en manos hostiles. Los goblins
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