Page 126 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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tú lo sabes. Tú encontraste esperanza y ayuda de un renegado quién había sido un amigo
en vida y siguió siendo un amigo en la muerte.
Pero Faol negaba con la cabeza.
—Tú y Calia son individuos admirables, Anduin —dijo—. No estoy seguro de
que un humano promedio sería capaz de dar los saltos que ustedes dos han hecho.
—Eso es porque no han tenido la oportunidad de hacerlo —insistió Anduin—.
Calia fue rescatada por alguien a quien conoció y confió, alguien que no la decepcionó.
En el juicio de Garrosh Hellscream, la Visión en el Tiempo me mostró a otro renegado
valiente: Frandis Farley. Hay un Fredrik Farley que es un tabernero en Goldshire. Podrían
ser parientes. Me pregunto si a Fredrik le gustaría saber que Frandis murió oponiéndose
a un líder cruel e injusto. Quisiera pensar que le gustaría —se inclinó hacia adelante,
hablando desde el corazón—. Ha habido muchas historias, Faol. Muchas. Lordaeron y
Stormwind eran más que aliados políticos; eran amigos. La gente viajaba fácil y
libremente a través de los reinos. Ha habido parientes que lloran a sus seres queridos
como muertos cuando en realidad aún están…
El rey se detuvo, dándose cuenta de lo que estaba a punto de decir. Faol sonrió
con tristeza.
—¿Vivos? —el arzobispo negó con la cabeza— Es probablemente misericordia
que los piensen muertos. Demasiados no pueden apartar el prejuicio para siquiera tratar
de vernos como realmente somos.
—¿Y qué si lo intentaran? —Anduin se inclinó hacia adelante en su asiento—
¿Qué si algunos de ellos estuvieran abiertos a la idea? ¿Reunirse con sus seres queridos
que han sido… cambiados, sí, pero que aún fueran quiénes eran? ¿No es eso mejor que
ellos estando realmente muertos?
—Para la gran mayoría no lo es.
—No necesitamos a la mayoría para empezar. Mira a Calia. Mírame a mí. Sólo
necesitamos a algunos. Necesitamos una chispa de entendimiento, de aceptación. Eso es
todo. Sólo una pequeña chispa.
Su voz tembló mientras lo decía y sintió la Luz bañándolo con su dulce y cálida
bendición. Anduin supo que estaba hablando una gran verdad. Una que requeriría
esfuerzo y cuidado, pero una que podría arder y barrer el mundo.
Y cuando lo hiciera, nada sería lo mismo.
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