Page 165 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—Claro, claro, tendrán armas para nosotros.
—Quiero que se centren en armas. De otro modo enviaré a cada renegado, elfo de
sangre, tauren, troll, orco y pandaren que pueda encontrar y me haré cargo de tu
“operación”. ¿Está claro?
Huraño, el príncipe mercante asintió. Sin duda sabía que enviaría a su propia gente
a tomar las armas que se fabricaban, mientras sus científicos podían hacer otros artículos
que él podría vender por su parte para tener una ganancia limpia.
Una distracción para Gallywix llegó en forma de un hobgoblin que avanzó
pesadamente dentro de la habitación y balbuceó algo que solamente su jefe podía
entender.
—Claro, idiota —dijo el goblin—. ¡Muéstrale el camino de una vez al Campeón
Blightcaller!
Sylvanas pensó que estaba casi tan aliviada como Gallywix por la interrupción.
Nathanos entró, le dio a Gallywix un mínimo asentimiento e hizo reverencia a su reina.
—Mi lady —dijo—, perdone la intromisión, pero creí que lo mejor sería
entregarle ésta carta de inmediato —se arrodilló frente a ella y le tendió el pergamino.
Estaba sellado con cera azul y estampado con la cabeza de un león.
—¡Oh! ¡Conozco ese sello! —exclamó Gallywix, después dio un sorbo a su cóctel
de banana. Sylvanas también lo sabía. Apartó los ojos del pergamino y apuñaló al goblin
con una mirada helada.
—Nos disculparás —dijo ella.
Él esperó un momento. Cuando ella se mantuvo en su asiento, alzando una pálida
y rubia ceja, Gallywix hizo una cara y se levantó de la silla.
—Tómate tu tiempo —dijo—. Estaré en el jacuzzi por si quieres venir cuando
hayas terminado con éste sujeto —movió las cejas, entonces se excusó—. Oye, cariño,
tráeme otro ponche de piña, ¿quieres?
—¡Claro, jefe! —respondió la voz chillona de una mujer goblin.
Los ojos carmesíes de Nathanos se quedaron fijos en la lejana figura del príncipe
mercante.
—Lo mataré —dijo.
—Oh, no. Ese placer será mío.
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