Page 77 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides

ESTUDIO PRELIMINAR

cioso, muy cercano al estilo de Hesíodo, y por desarrollar una
especie de parábola que ilustra sobre los extremos en los que se
mueve su individuo: la Justicia, que es siempre la misma, y la
Soberbia, que sólo provoca desgracia. Quizá el interés de Esquilo
haya sido el de proclamar la eternidad de la Justicia y sentar una
premisa en este tenor para el desarrollo del tema de mismo con-
tenido a lo largo de la trilogía.
7. Tercer episodio (vv. 782-974). Agamenón entra a escena
acompañado por su séquito y por Casandra, hija de Príamo y Hé-
cuba, quien es parte del botín de guerra. El Coro da la bienvenida
al rey como el gran triunfador de Troya y reconoce su valía como
guerrero, a pesar de estar al principio en desacuerdo con la em-
presa llevada contra la ciudad de Príamo (vv. 782-804). La visión
pacifista de Esquilo se permea a través de las palabras del Coro.
Agamenón agradece a los dioses su regreso a Argos; describe
las ruinas troyanas luego de la destrucción llevada a cabo por sus
huestes a causa de Helena. El rey alecciona sobre la envidia des-
tructora, ahora que es un vencedor, y pondera la figura de Odiseo
como su gemelo en las acciones emprendidas. Acabada la guerra,
todos los asuntos pendientes serán dirimidos en la Asamblea para
cerrar las heridas (vv. 805-854). La breve alocución de Agamenón
cubre los aspectos militares y políticos. No hay mención alguna
en estas palabras dirigidas al Coro sobre su familia. Enseguida en-
tra a escena Clitemnestra, acompañada por sus sirvientas, quienes
llevan vestidos y una rica alfombra de color púrpura. La situación
se traslada de los asuntos públicos al ámbito de lo privado. Esta
disposición entre ambos contextos, lo privado y lo público, será
motivo reiterativo a lo largo de la trilogía, sobre todo en aquellos
momentos álgidos en los que entran en conflicto tales espacios.

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