Page 110 - Brugger Karl Crnica de Akakor
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mundo por los dioses. Primero crearon la Tierra y el cielo, y luego las plantas y los animales. Lo
más difícil fue la creación del hombre. El Popo/ Vuh de los quiche-maya relata que los dioses
hicieron primero al hombre del polvo, luego de imágenes de madera y finalmente de una pasta
de harina de maíz Para los miztecas del Anahuac, el hombre emergió de un árbol. Según la
Crónica de Akakor, los Padres Antiguos trasplantaron a los hombres de planeta en planeta, uno
de los cuales fue la Tierra.
El fin del mundo es descrito de una manera similar por las tradiciones orales y escritas de las
antiguas naciones americanas. Para las naciones de América Central, el cosmos que nosotros
conocemos es el quinto desde la creación del mundo: el sol de la tierra o de la noche, el sol del
aire, el sol de la lluvia feroz, y el sol del agua; el quinto sol, el sol de los cuatro movimientos,
desaparecerá cuando los monstruos del crepúsculo se despierten en el Oeste, incitados por el
dios malo Tezcatlopoca, que masticará el globo de la Tierra y lo mantendrá en sus fauces.
Entonces la raza humanare extinguirá. Pero nacerá un sexto sol, un nuevo mundo en el que los
hombres serán sustituidos por planetas, es decir, por dioses. La tribu india de los tupi espera un
gigantesco diluvio universal que destruirá todo. Según la Crónica de Akakor, los Dioses
regresarán después de que una tercera catástrofe haya castigado a los Blancos Bárbaros.
Si uno presta cierta consideración a los mitos y leyendas de los pueblos indígenas de América
del Sur, el futuro de la Humanidad no está asegurado. El mundo gira en círculos, cada uno de
los cuales termina en una catástrofe. Según los sacerdotes de los ugha mongulala, sólo nos
quedan unas cuantas lunas, hasta 1 981. Según el calendario maya, la próxima cuenta atrás
termina en el año 201 1.
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¿Cuáles son las expectativas futuras reales del hombre para los próximos cincuenta años? El
Club de Roma pinta un cuadro bastante pesimista. La producción de alimentos va por detrás de
la explosión de la población. La acumulación de armas atómicas es suficiente para destruir
treinta veces seguidas la Humanidad y polucionar la atmósfera durante siglos. Nuestra
civilización ha malgastado insensatamente durante los últimos cuarenta años el capital de la
Tierra. Muchas especies animales han sido exterminadas para la obtención de un beneficio,
muchas plantas han desaparecido, los recursos minerales están casi exhaustos, la atmósfera
ha sido saturada de venenos. La Humanidad vive con «dos corazones», complicados en miles
de dependencias. Esta división de las mentes puede observarse por doquier. Estadistas que se
consideran a sí mismos como realistas creen que el actual potencial militar exige la paz si las
naciones desean tener futuro. Los industriales siguen realizando sus cálculos sobre la base del
material humano, del output productivo y de los mercados. Los científicos actúan persiguiendo
su propio beneficio personal. «Si la Humanidad no logra desarrollar un sistema universal viable
para el fragmentado mundo actual», afirma el Club de Roma, «cualquier proyecto de futuro
para más allá de los próximos cincuenta años no pasa de tener más que un mero interés
académico».
La Crónica de Akakor no habla de la salvación de la Humanidad. En un círculo que se cierra en
1981, la historia del mundo llegará a un final con la «tercera Gran Catástrofe». Ésta dará origen
a una nueva era en la que los hombres, los animales y las plantas vivirán juntos pacíficamente
siguiendo las leyes de la Naturaleza, el legado de los Padres Antiguos.
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Nombres de las tribus indias mencionadas en la crónica y su designación
probable según la usanza blanca
Tribus en la región de Akakor
La Tribu que Vive sobre el Agua
Amautas
La Tribu de los Comedores de Serpientes
Nambicuara
La Tribu de los Caminantes
Haixas
La Tribu de los que se Niegan a Comer
Kampa
La Tribu del Terror Demoníaco