Page 109 - Brugger Karl Crnica de Akakor
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giosa que él había fundado, Thule, se convirtió en una influyente sociedad secreta, y bajo su
                  protección crecieron los grupos Edelweiss, las Waffen SS y la asociación Ahnenerbe (Herencia
                  de los Antepasados). Las doctrinas mágicas que Eckehardt había propuesto llevaron a la
                  creación de un estado terrorista que combinó un orden totalitario casi absoluto con la mística
                  teoría de una raza maestra aria.
                  Probablemente, el Tercer Reich asignó más fondos al estudio de las ciencias ocultas que los
                  Estados Unidos aplicaron a la fabricación de la primera bomba atómica. Las actividades de las
                  asociaciones secretas nacionalsocialistas fueron desde el buscar los orígenes de la «raza» aria
                  hasta el enviar grandes expediciones a los más recónditos lugares del planeta. Cuando las
                  fuerzas alemanas tuvieron que abandonar Ñapóles, Himmler ordenó que la tumba del último de
                  los Hohenstaufen fuese enviada a Alemania. La organización Thule examinó el significado
                  místico de las torres góticas y estableció numerosos contactos con los monjes tibetanos.
                  Cuando los rusos avanzaban hacia Berlín, encontraron a cientos de anónimos tibetanos caídos
                  junto a los soldados alemanes.
                  Las operaciones en América del Sur de las asociaciones secretas alemanas no fueron menos
                  numerosas y bien fundadas. Ya en 1938, un submarino alemán reconoció la zona inferior del
                  Amazonas. Su tripulación hizo una investigación geográfica y estableció contactos con la
                  colonia alemana en Manaus. Realizó asimismo el primer film histórico sobre la Amazonia, que
                  todavía se conserva en los archivos de Berlín Oriental. El material fotográfico hecho público
                  demuestra que el interés de los investigadores fue mucho más allá de la mera recogida de
                  datos personales.
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                  Otra operación, que se halla documentada en los archivos de la fuerza aérea brasileña, fue el
                  viaje del barco de la S.S. Carlina en junio de 1943 desde Maceió hasta Bélém. Sólo pueden
                  imaginarse cuáles eran las órdenes del audaz carguero alemán. La fuerza aérea brasileña
                  pensó que transportaba un cargamento de armas para agentes secretos alemanes y atacó el
                  barco sin éxito. Mas esta explicación, vista retrospectivamente, parece poco probable. Nunca
                  hubo colonia alemana alguna en el área de Maceió ni tampoco instalaciones de las fuerzas
                  brasileñas.
                  Hay numerosas referencias sobre operaciones secretas del Tercer Reich en Brasil. Testigos
                  oculares afirman haber observado el desembarco de submarinos alemanes en la costa de Río
                  de Janeiro. Un periodista de la revista brasileña Realidade incluso descubrió en el Mato Grosso
                  una colonia alemana, compuesta al parecer exclusivamente de antiguos miembros de las S.S.
                  Según la Crónica de Akakor, 2.000 soldados alemanes llegaron a la capital de los ugha
                  mongulala entre 1940 y 1945. El punto de partida de esta operación secreta lo constituyó
                  Marsella. Entre sus miembros se encontraban A. Jung de Rastatt, H. Haag de Mannheim, A.
                  Schwager de Stuttgart, y K. Liebermann de Roth. Mujeres y niños acompañaron al último
                  grupo. El contacto había sido facilitado por una hermana misionera alemana de la estación de
                  Santa Bárbara. Una investigación de los datos contenidos en la Crónica de Akakor suministró la
                  evidencia de que los cuatro soldados mencionados fueron dados por muertos en 1945. Según
                  información recibida de la diócesis amazónica, la estación misionera de Santa Bárbara fue
                  atacada y destruida por tribus salvajes indias en el año 1 936. Entre
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                  los numerosos muertos se encontraban varias monjas alemanas.
                  Teniendo en cuenta los preparativos técnicos que el desembarco de 2.000 soldados alemanes
                  habría requerido, los datos son insuficientes. Pero las operaciones de los comandos secretos
                  alemanes durante la Segunda Guerra Mundial podrían ser comprobadas en los casos en los
                  que hubieran sido organizadas por la Abwehr. Los documentos sobre las actividades de la
                  división extranjera del Partido Nacional Socialista o de asociaciones secretas del tipo de la
                  Ahnenerbe o bien nunca fueron registrados o bien fueron quemados. Técnicamente, el
                  desembarco de 2.000 soldados alemanes podría haber sido posible. La predilección de Hitler
                  por las ciencias ocultas debió haberle urgido a establecer contactos con un «Pueblo
                  Escogido».* El biógrafo de Hitler, Rauschning, caracteriza al «Führer del Gran Imperio Alemán»
                  de la siguiente manera: «Los planes y las acciones políticas de Hitler únicamente pueden
                  comprenderse si uno conoce sus más profundos pensamientos y ha experimentado su
                  convicción de la relación mágica entre el hombre y el Universo».
                  La tercera catástrofe universal
                  Según los mitos y leyendas de los pueblos latinoamericanos, la historia del hombre comenzó
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