Page 169 - El Misterio de Belicena Villca
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de los ríos Tinto y Odiel. En la Epoca en que los fenicios conquistaron Onuba,
                 edificaron el Templo de Rus Baal especialmente para satisfacer la solicitud de los
                 comerciantes hebreos, que eran quienes fletaban las naves hacia esos lejanos
                 puertos. Eran los días de Salomón, cuando la riqueza de Israel podía alquilar la
                 flota fenicia: “Todos los vasos que utilizaba para beber el Rey Salomón eran
                 de oro, y todos los utensilios de la casa del bosque del Líbano eran de oro
                 fino. No había nada de plata, no se hacía aprecio de ella en los tiempos del
                 Rey Salomón, porque el Rey tenía en el mar una flota de Tharsis, juntamente
                 con la de Hiram; y cada tres años llegaba la flota de Tharsis, que traía oro,
                 plata, marfil, monos y pavos reales” [I Reyes, 10,21]. Como se lee en otros
                 capítulos del Libro de los Reyes, Salomón, que poseía  efectivamente la
                 Hokhmah, descubrió que YHVH se manifestaba además bajo otros Aspectos,
                 generalmente identificables con Dioses extranjeros, y les rindió Culto, o permitió
                 que los Sacerdotes lo hiciesen, les levantasen altares y Templos. Con “las flotas
                 de Tharsis” viajaban, pues, los Sacerdotes que hicieron construir el Templo de
                 Rus Baal en la lejana Tartéside. Doscientos años después de Salomón, y
                 quinientos antes de la caída de Tharsis  a manos de Cartago, colonia de Tiro,
                 Isaías, que también poseía la  Hokhmah, y conocía entonces el plan de los
                 Golen, pudo “profetizar” con precisión matemática su próximo fin: “Gemid, naves
                 de Tharsis; que está devastado vuestro puerto”. “¿Quién lo planeó?”.
                 “YHVH Sebaoth lo planeó para profanar el orgullo, para envilecer la gloria
                 de todos los Señores de ese país” [Isaías, 23,1]. Pero en los días de Salomón
                 la colonia fenicia más importante, además de Tiro, era Sidón, a cuyo puerto
                 llegaban y partían “las flotas de Tharsis”: ahora bien,  “Sidón” no es nombre
                 fenicio sino griego, país con el cual los hombres púnicos estaban aliados contra
                 los medos o persas; ¿qué significa ese nombre, cuál es su origen? pues, ni más
                 ni menos que “Gran Arbol Granado”, ya que Granado, en griego, se dice Side,
                     ; en cuanto al origen, los griegos se lo dieron debido a un culto hebreo que
                 allí se practicaba bajo los auspicios  del Rey Salomón, esto es, el Culto  a la
                 Divina Madre de Egipto, Side, La  Gran Granada Sabia; Rimmón Binah, en
                 hebreo. Side, como Anquinoe, era esposa de Belo en los Mitos griegos.
                        Los Sacerdotes hebreos transportaron  asimismo este Culto de la Gran
                 Madre Rimmón Binah a las Colonias Fenicias y dieron nombre, entre otras, a la
                 actual Ciudad andaluza de Granada. Los fenicios, en efecto, fundaron una
                 factoría fortificada a la que llamaron Rimmón, en honor al Culto practicado por
                 sus principales clientes, sin embargo  los pueblos nativos  iberos, que eran
                 pelasgos como los etruscos, denominaban al fruto con la voz grana, que tiene la
                 misma raíz que la romano etrusca malum granatum, es decir, “fruto de muchos
                 granos”. A aquella ciudadela de comerciantes semitas, Rimmón, se la denominó
                 localmente  Granata, Granad y Granada. En verdad, el sitio elegido por los
                 fenicios para instalar su factoría era  una encrucijada de caminos ibéricos ya
                 ocupada por los propios iberos y por los griegos, como posteriormente lo sería
                 por los túrdulos, los tartesios, y los celtas; mas, siendo el objetivo principal el
                 comercio, se entiende que cada pueblo fortificase su particular base urbana y
                 surgiesen, así, varias ciudadelas extremadamente próximas, de tal suerte que su
                 posterior unidad constituye la moderna ciudad de Granada. Existía, por ejemplo,
                 frente a Granada, una ciudad antiquísima, contemporánea de Tharsis, llamada
                 Vira o Virya, en lengua indoeuropea, según se pronuncie en sánscrito o iraní, y
                 que significa  Hombre Semidivino, Héroe, Hombre que participa de la

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