Page 174 - El Misterio de Belicena Villca
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periódicamente en el Tártaro infernal, es decir, en  el Mundo de los Hombres
                 Dormidos y mostrarse ante ellos con la Imagen de la Muerte: para que ellos la
                 trasciendan en el Misterio del Fuego Frío y resuciten, también, como Hombres de
                 Piedra, como Iniciados Hiperbóreos, como Guerreros Sabios.
                        Un pálido reflejo de esta parte de la historia se conserva en la leyenda de
                 la Joven Perdix, “Hermana”, y por lo tanto Esposa, de Dédalo, el “inventor” del
                 Laberinto, o sea, de Navután: cuando Perdix caía hacia un Abismo, la Diosa de la
                 Sabiduría, Atenea, se apiadó de Ella y la convirtió en Perdiz, de donde surgió la
                 creencia griega de que la danza de la perdiz resolvía el enigma del Laberinto, y
                 que dio lugar a un Colegio de Sacerdotisas empeñadas en reproducir dicho baile.
                        Ya expliqué que Kronos-Saturno-Jehová  “cierra el acceso al Origen,
                 punto de procedencia y regreso de todos los Espíritus Increados”, es decir,
                 corta el Camino hacia la Salida del Laberinto. En el Mito cretense, el inventor
                 del Misterio del Laberinto es Dédalo-Navután, y quien corta el paso hacia la
                 Salida, es el Minotauro, un ser mitad  hombre, mitad toro.  Pero el Dios que
                 también tenía pies de toro era Dionisio, defecto que le obligaba a calzar
                 borceguíes o coturnos; y Dionisio, el Dios del Vino, era clásicamente asimilado a
                 Jehová por los hebreos antiguos, que veían en ambos al Dios de la Cebada. Se
                 cierra así un círculo trazado por los Sacerdotes del Pacto Cultural en el que se
                 unen, en diferentes Epocas y lugares, las representaciones de Kronos, Saturno,
                 Jehová, Dionisio Sebacio, y el Minotauro o Guardián de la Salida.
                        Por último, diré que ya en tiempos del Profeta Amós, siglo VIII A.J.C., la
                 identidad de Jehová y Saturno estaba establecida; y aceptada por los
                 Sacerdotes: “Vosotros habéis llevado al Santuario a Sacut, Saturno, el ídolo
                 de Vuestro Dios; pero Yo Os deportaré más allá de Damasco –dice YHVH,
                 cuyo nombre es Adonai Sebaoth” [Amós 5,26]. Pero la situación no cambió
                 luego del Cautiverio, puesto que en la Epoca del Profeta Ezequiel, siglo VI A.J.C.,
                 se adoraba indistintamente a Jehová o  a Tammuz Adonis, es decir, a Adonai:
                 “Luego me llevó a la entrada de la puerta del Templo de YHVH que mira al
                 Norte, y vi que había allí unas mujeres sentadas llorando la muerte de
                 Adonis (Rimmón) Tammuz” [Ezequiel, VIII, 14].


                 Vigesimonoveno Día


                        Para comprender ahora el por qué del Culto a Proserpina en Rus Baal, hay
                 que adelantarse bastante en el tiempo histórico, y llegar hasta una Epoca en la
                 que los Sacerdotes del Pacto Cultural habían conseguido confundir
                 profundamente las características individuales de Deméter-Ama y de Perséfone-
                 Frya, a las que se nombraba simplemente como “las Diosas”. El propósito de los
                 Sacerdotes era sustituir a las Diosas Hiperbóreas Atlantes por la imagen de la
                 Gran Madre Binah, uno  de los Aspectos de  YHVH, el Creador Uno. Es aquí
                 donde debe situarse el origen del Mito de Adonis, Nombre griego de Adonai el
                 Señor  YHVH. Según el Mito griego, la madre fue Mirra, a la que los Dioses
                 convirtieron en Arbol cuando estaba encinta de Adonis; Mirra, el mismo vegetal
                 que uno de los Reyes Magos de Oriente,  enviados de la Fraternidad Blanca,
                 ofrenda al niño Jesús. A los diez meses, el Arbol de Mirra da a Luz y nace
                 Adonis, un niño que representa la belleza, lo  que no es más que un modo

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