Page 757 - El Misterio de Belicena Villca
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Y ocioso es explicar que leí y estudié todos los artículos de la
revista, buscanso allí una pista sobre la Orden de Caballeros Tirodal. Muy pronto
arribé a los mismos resultados que con el libro: nada; ni un indicio. Tarea
desagradable esta última, pues Spot's es una revista sensacionalista del más
bajo nivel intelectual o moral.
Crudamente oficialista en su línea política general, carece de
criterio editorial definido pues sus artículos se redactan con el evidente propósito
de causar el golpe bajo o el escándalo, efectos que, naturalmente, agradan a sus
2.000.000 de lectores. Los límites éticos del desarrollo de los temas, como es de
suponer, están determinados únicamente por las protecciones jurídicas con que
sus víctimas logran defenderse si son atacadas o por el monto de las coimas
pagadas por los “amigos” de la publicidad barata. Lógicamente, una revista así no
puede pertenecer a cualquiera: su editor-propietario es el celebérrimo periodista
amarillo, no por “oriental” precisamente, Samuel Isaacson, exponente de la más
rancia prosapia hebrea, y sionista declarado. Por el ejemplar que había llegado a
mis manos, me enteré de los pormenores de ocho separaciones de no muy
unidas parejas de actores y actrices; conoci los reclamos del Movimiento de
Liberación Nacional de Homosexuales; leí dos artículos distintos sobre
O.V.N.I.S., en los que, sendos “Profesores en Parapsicología”, aseguraban que
sus tripulantes van a salvar a la humanidad; me interioricé de los detalles de
cinco asesinatos, tres violaciones y un estupro; accedí a los crímenes del
nazismo, gracias a una biografía de Ana Frank y un relato abreviado de su
“diario” apócrifo; vi cinco notas críticas, que en verdad contenian publicidad
solapada, sobre películas con temática izquierdista, y otras cinco notas sobre
ecología y pacifismo; etc; etc. En verdad, prácticamente no existía materia en la
que la revista no incursionara con su habitual y repugnante vulgaridad.
¡Main Gott! ¡Qué cloaca era aquella publicación! ¿Para qué
Demonios habría conservado Oskar Feil ese ejemplar? Alguna razón debía
existir. Y ésta posibilidad era mi única esperanza.
Pero ¿cuál razón? Ya la había leído varias veces: setenta, o
más, artículos y notas con el tono sinárquico señalado. Y eso que no mencioné la
increíble y variada serie de avisos publicitarios sobre objetos de porno-shop's y
hechicería afro-brasileña; y la nómina interminable de pais, maestros, gurúes,
magos, quiromantes, tarotistas, etc., que ofrecían toda clase de “ayuda
espiritual”, desde “solución a problemas de pareja” o “impotencia”, hasta
“desbloqueos” psicológicos complejos. Claro que a estos avisos no les presté la
misma atención que a los artículos periodísticos: había tantos ¡cientos de ellos!
¡Y allí estaba la solución al enigma! ¡Tan a la vista, que
parecía una broma: una broma pesada de Nimrod de Rosario!
De improviso, donde menos lo hubiese supuesto, en una hoja
cubierta de carteles ofertando los “servicios” de diversas escuelas esotéricas y
maestros, en una hoja sobre la que había paseado muchas veces la vista sin ver
nada, se realzó la frase “Sabiduría Hiperbórea”. Cuando inspeccioné
detenidamente el aviso, leí con sorpresa lo siguiente:
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