Page 141 - pasaporte a magonia jacques vallee
P. 141

140   JACQUES  VALLEE
                             PASAPORTE  A  MAGONIA               141

 Villas  Boas  sufrió  una  extraordinaria  somnolencia  durante  un  mes
 después  de  este  incidente.  capítulo  III;  Atenágoras,  Sobre  la  Resurrección;  Lactancio,  Li-
             bro  II,  capítulo  XV;  Tertuliano,  Sobre  el  velo  de  las  vírgenes;
             Marco de Éfeso en Psellus; Eusebio, Praeparatio Evangelica, Li-
 DAEMONIALITAS   bro  V,  capítulo  IV;  san  Ambrosio,  en  su  libro  sobre  Noé y  el
             Arca,  capítulo V;  san  Agustín en  su Ciudad  de Dios,  Libro  XV,
 Cuando  el  folklore  degenera,  convirtiéndose  en  un  género  lite-  capítulo  XXIII;  padre  Meldonat,  S.I.,  Tratado sobre los  demo-
 rario  menor,  como  ocurrió  con  la  fe  en  las  hadas,  que  degeneró  nios,  página  248...
 en  los  actuales  cuentos  de hadas,  pierde,  naturalmente,  gran parte
 de  su  contenido:  precisamente  esos  detalles  «no  aptos  para  me-  Así habló Arcade, su ángel de la Guarda, al pobre Maurice, cuan-
 nores»  que  no  pueden  conservarse  en  los  libros  para  niños.  El  re-  do  éste  trató  de  disculparse  por  haberle  quitado  a  su  amante,  la
 sultado  directo  de  esta  censura  de  los  detalles  picantes  en  estas  bella  Madame  Gilberte.  Y  añadió  desvergonzadamente:
 maravillosas  historias  las  convierte  realmente  en  simples  motivos
 de asombro.  El  caso  Villas  Boas  no  resulta  apropiado  como  texto  Así  tenía  que  ser;  todos  los  demás  ángeles  rebeldes  hubieran
 de  lectura  para  una  escuela  de  párvulos,  pero  la  eliminación  de  la  hecho  lo  que  yo  hice  con  Gilberte.  «Mujeres  —dijo  el  Apóstol—,
                                                              20
 mujercita  convierte  a  esta  historia  en  un  cuento  desprovisto  de  a  causa  de  los  ángeles,  rezad  con  las  cabezas  cubiertas.»
 un  profundo  valor  simbólico  o  psicológico.  Es  precisamente  el  Creo  que  esto  queda  suficientemente  claro.  Pero  las  hadas  y
 contexto  sexual  lo  que  confiere  a  estos  relatos  su  influencia  lite-  los  elfos,  ¿se  hallan  sujetos  también  a  estos  deseos  carnales?  Con-
 raria.  Es  lo  que  proporciona  impacto  a  la  fe  en  las  hadas.  sideremos  los  hechos  siguientes.
 Sin  este  contexto  sexual  —sin  las  historias  de  comadronas  hu-
                                           el historiador
                                                        danés
 manas,  de  niños  cambiados  por  otros,  de matrimonios  mixtos  con  que En  el  Prefacio  de  la  Saga  de Hrolf,  que  declara sobre  las Torfeo,
                      el
                                                               hadas
                                         lo
                         siglo xvII, recoge
            floreció
                   en
 los  elfos,  temas  que  nunca  se  mencionan  en  los  cuentos  de  hadas  el  erudito  islandés  Einard  Gusmond:
 modernos—,  es  dudoso  que  la  tradición  de  las  hadas  hubiese  so-
 brevivido  a  través  de  los  siglos.  Y  esto  no  es  cierto  únicamente  Estoy  convencido  de  que  existen  realmente,  y  de  que  son
 en  cuanto  a  las  hadas:  los  casos  más  notables  de  contacto  sexual  criaturas  de  Dios;  se  casan  como  nosotros,  y  tienen  hijos  de
 con  seres  no  humanos  no  se  encuentran  en  picantes  libros  «plati-  ambos  sexos:  tenemos  prueba  de  ello  en  lo  que  sabemos  acerca
 llistas», ni en  leyendas sobre las hadas, sino que se guardan a buen   de  los  amores  que  tuvieron  algunas  de  sus  mujeres  con  simples
 recaudo  en  los  archivos  de  la  Iglesia.  Para  encontrarlos,  hay  que  mortales.
 aprender  primero  latín  y  obtener  acceso  a  las  pocas  bibliotecas
 donde  se  conservan  estos  extraordinarios  relatos.  Pero  lo  que  allí  William  Grant  Stewart,  en  Las supersticiones populares y  di-
 se  encuentra  deja  pálido  al  caso  Villas  Boas,  como  creo  que  el  versiones festivas  de  los  highlanders  de Escocia,  dedica a las hadas
 lector  estará  de  acuerdo  si  sigue  leyendo  este  capítulo.  la  segunda  parte  de  su  obrita.  En  un  capítulo  titulado  «De  las
 Dejemos  primero  bien  sentado  que  la  creencia  en  la  posibi-  pasiones  y  propensiones  de  las  hadas»,  dice  lo  siguiente  acerca
 lidad  de  uniones  mixtas  entre  hombres  y  razas  no  humanas  es  de  las  relaciones  sexuales  con ellas:
 el  corolario  de  las  apariciones  que  se  encuentran  en  todos  los
 contextos  históricos.  Las  badas  son  notables  por  lo  amoroso  de  su  disposición,  y
 Esto  es  tan  evidente  en  los  relatos  bíblicos,  que  apenas  es  no  se  muestran  reacias  en  establecer  uniones  y  conexiones  con
 necesario  insistir  sobre  el  particular.  El  sexo  de  los  ángeles  no  gente  que  no  puede  decirse  con  propiedad  que  pertenezca  a  su
 es  lo  más  difícil  de  todas  las  cuestiones  teológicas,  sino  que,  por  propia  especie.
 el  contrario,  es  la  más  clara.  En  la  obra  de  Anatole  France  La  ¡Qué  hermoso  ejemplo  de  fraseología  alambicada!  Sin  embar-
 rebelión  de  los ángeles,  Arcade,  uno  de  los  seres  celestiales,  dice:
        go,  Stewart  emplea  menos  eufemismos  al  informarnos  de  que  es-
        tos  hechos  ya  no  parecen  tener  lugar  entre  hombres  y  hadas:
 No  hay  nada  como  tener  buenas  referencias.  A  fin  de  poder
 asegurarte,  Maurice,  que  no  te  engaño  sobre  este  tema  de  los
                                                             la
               Si
 abrazos  amorosos  entre  ángeles  y  mujeres,  consulta  a  Justino,  nidad  queremos  hacer  justicia  a  la  especie  humana  y  a que  comu-
                                                               el
                                                                  co-
                                                      decir
                                              debemos
                         hadas
                     las
                  de
                                 la
                                    actualidad,
                              de
 Apologías  I  y  II;  Flavio  Josefo,  Antigüedades  judias,  Libro  I,
             mercio  que  hemos  descrito  y  que  tenía  lugar  entre  ellos  es
   136   137   138   139   140   141   142   143   144   145   146