Page 46 - pasaporte a magonia jacques vallee
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46                      JACQUES  VALLEE                                                          PASAPORTE  A  MAGONIA                 47


              Un  grupo  de  muchachos  que  se  hallaban  en  la  campiña  vio        hacerlo  —dicen—,  porque  esperamos  la  salvación.»  Y  yo  conocí
           un  dia  a  un  hado  tocado  con  un  gorro  rojo.  Salvo  por  su  esta-  a  un  hombre,  hace  tres  o  cuatro  años,  al  que  ellos  dejaron
           tura,  era  como  un  hombre  corriente.  Pero  no  pasaba  de  un          paralizado.  Tienen  una  vista  tan  penetrante,  que  creo  que  es
           metro.  Los  muchachos  lo  rodearon,  pero  él  se  puso  a  farfullar     capaz  de  atravesar  la  tierra.  Su  voz  es  argentina,  y  hablan  rá-
           de  tal  manera  que  lo  dejaron.  Entonces  él  desapareció,  alejándo-   pidamente, pero  con  dulzura.
           se  en  dirección  al  viejo  fuerte.                                          El  Pueblo  vive  en  el  interior  de  las  montañas  en  hermosos
                                                                                       castillos,  y  posee  numerosas  ramificaciones  en  otros  países,
         Después  de  1850,  pocos  lugares  había,  en  Francia  o  Inglaterra,       especialmente  en Irlanda.  Algunos  de  ellos  viven cerca  de  Dublín,
      donde  aún  se  pudiesen  ver  hadas.  Todos  los  autores  de  cuentos          en  los  montes  Wicklow.  A  semejanza  de  los  ejércitos,  tienen  sus
      y  los  almanaques  populares  se  muestran  de  acuerdo  en  que  esta          cuarteles  y  van  del  uno  al  otro.  Mi  guía  e  informante  me  confió
                                                                                                                       regimiento.
                                                                                                                    un
                                                                                                           mandaba
                                                                                                         él
                                                                                              ocasión
                                                                                          una
      gentecilla  se  hacía  cada  vez  más  tímida  a  medida  que  la  civiliza-     en  Viajan  mucho que pueden  aparecer  en  París,  Marsella,  Napoles,
                                                                                                      y
      ción  avanzaba.  Sin  embargo,  Wentz  indica  algunos  lugares  que             Génova,  Turín  o  Dublín  como  personas  corrientes,  y  hasta  en
      se  han  preservado.  Entre  ellos  están  el  valle  del  Yosemite  en  Ca-     grupos.  Sienten  especial  predilección por  España, el sur  de  Fran-
      lifornia  y  la  comarca  de  Ben  Bulben  y  Rosas  Point  en  el  condado      cia  y  la  Europa  meridional.
      irlandés  de  Sligo.  Se  sabe  que  los  videntes  de  Dublín  han  efec-          El  Pueblo  demuestra  un  gran  interés  por  los  asuntos  de  los
      tuado  muchos  viajes  a  Ben  Bulben,  que  es  una  famosa  montaña            hombres,  y  siempre  se  ponen  de  parte  de  la  justicia  y  el  dere-
      perforada  por  curiosas  grutas.  Al  mismo  pie  de  esta  montaña,            cho.  A  veces  pelean  entre  ellos.  Raptan  a  personas  jóvenes  e
      «mientras  los  espesos  bancos  de  niebla  blanca  cubren  Ben  Bulben         inteligentes  que  les  interesan.  Se  apoderan  de  ellos  en  cuerpo  y
      y  las  cumbres  vecinas»,  según  contaron  a  Wentz,  ocurrió  el  inci-       alma,  y  metamorfosean  aquél  en  uno  de  los  suyos.
      dente  que  relatamos  seguidamente:                                                Una  vez,  les  pregunté  si  se  hallaban  sujetos  a  la muerte y  me
                                                                                       contestaron  negativamente,  diciendo  que  se  mantenían  siempre
                                                                                       jóvenes.  Cuando  alguna  de  las  personas  raptadas  por  ellos
              Cuando  yo  era  joven  solía  ir  a  pescar  truchas  o  a  cazar  a
                                                                                                                                 comen
                                                                                                                                        nada
                                                                                                comida,
                                                                                                                                            sa-
                                                                                              su
                                                                                                             puede
                                                                                                        ya
           esas  montañas.  Y  en  un  día  frío  y  seco  de  enero,  en  que  pasea-  prueba únicamente  carne no fresca  y  regresar.  Nunca  beber.  Se  casan
                                                                                       lado,
                                                                                                                             para
                                                                                                                        pura
                                                                                                                   agua
           ba  al  pie  de  Ben  Bulben  con  mi  escopeta  y  un  amigo,  vimos
           ambos  a  uno  del  Pueblo  por  primera  vez...  Éste  vestía  de  azul    y  tienen  hijos.  Y  cualquiera  de  ellos  puede  contraer  matrimonio
           y  se  tocaba  con  un  sombrero  adornado  por  lo  que  parecían          con  una  mujer  mortal  buena  y  pura.
           ser  cintas.  Cuando  se  acercó  a  nosotros,  me  dijo  con  voz  dulce      Pueden  aparecerse  bajo  distintas  formas.  Una  vez,  se  me
           y  argentina:                                                               apareció uno  que  apenas  tenía  un  metro  de altura y  era  de  com-
                                                                                       plexión  robusta,  pero  me  dijo:  «Soy  mayor  de  lo  que  tú  ahora
                Cuanto  menos  vengáis  a  esta  montaña,  mejor,  amigo,  aquí        me  ves.  Podemos  rejuvenecer  a  los  viejos,  empequeñecer  a  los
                hay  una  damisela  que  quiere  robaros.                              grandes  y  engrandecer  a  los  pequeños.»
              A  continuación  nos  dijo  que no  disparásemos  nuestras  armas,     Ahora  que  ya  hemos  refrescado  la  memoria  del  lector  acerca
           porque  al  Pueblo  le  molesta  el  ruido.  Nos  pareció  que  era  una  del  Pueblo,  quizás  éste  nos  perdonará  por  llevar  un  poco  más
           especie  de  soldado  del  Pueblo  que  estaba  de  guardia.  Cuando   lejos  aún  el  paralelo  iniciado  entre  el  folklore  de  las  hadas  y  la
           nos  alejamos  de  la  montaña,  lo  hicimos  sin  mirar  atrás,  como  ufología.  El  incidente  de  Eagle  River  volverá  a  darnos  motivo
           él  nos  había  ordenado.                                              para  nuevas  reflexiones.
                                                                                     Las  tortas  entregadas  a  Joe  Simonton  estaban  compuestas,  en-
         Wentz  pidió  entonces  una  descripción  del  Pueblo,  y  su  infor-    tre  otras  cosas,  de  cascarilla  de  trigo  negro.  Y  éste  se  halla  ínti-
      mante  le  dijo  lo  siguiente:                                             mamente  asociado  con  las  leyendas  bretonas.  Precisamente  la  ar-
                                                                                  moricana  es  una  de  las  regiones  célticas  más  conservadoras.  En
              Esta  gentecilla  es  magnífica,  la  mejor  que  yo  conozco.  Son  esta  región  de  Francia aún  es bastante común la  creencia  en hadas
           muy  superiores  a  nosotros,  y  por  esto  se  llaman  a  sí  mismos  el                                                   2
           Pueblo.  No  son  una  clase  trabajadora,  sino  una  clase  militar  y  (fées),  si  bien  al  principio  de  siglo  Wentz  y  Paul  Sébillot  tuvie-
           aristocrática,  altos  y  de  noble  apariencia.  Constituyen  una  espe-  ron  gran  dificultad  en  encontrar  bretones  que  asegurasen  haber
           cie  distinta  intermedia  entre  la  nuestra  y  la  de  los  espíritus,  visto  fées.  Una  de  las  peculiaridades  que  ofrece  el  folklore  bre-
           según  me  han  confiado.  Sus  poderes  son  tremendos...  «Podría-   tón  es  presentar  asociadas  a  las  fées  o korrigans  con  una  raza
           mos eliminar a la mitad de la  especie humana, pero no queremos        de  seres  llamados  fions.  En  nuestro  capítulo  sobre  la  comunidad
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