Page 44 - pasaporte a magonia jacques vallee
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    último,  el  individuo  más  próximo  al  testigo  aseguró  una  especie     su  obra  recoge  la  historia  de  Pat  Feeny,  un  irlandés  del  que  sólo
     de  cinturón  a  un  gancho  que  llevaba  en  su  traje  y  cerró  tan  per-  sabemos  que  «llevaba una  vida  muy  desahogada  antes  de  la  época
    fectamente  la  escotilla  que  a  Simonton  le  costó  trabajo  distinguir  mala»,  frase  que  sin  duda  se  refiere  al  hambre  de  1846-1847.  Un
    su  contorno.  Entonces  el  objeto  se  elevó  a  unos  seis  metros  de    día  se  presentó  en  su  casa  una  mujercita,  que  le  pidió  un  poco
    altura  antes  de  salir  disparado  como  una  flecha  hacia  el  Sur,      de  harina  de  avena.
    ocasionando una  ráfaga de aire que  hizo inclinarse  a  algunos pinos
                                                                                                                                 de
                                                                                                             que
                                                                                                        poca,
    próximos.                                                                         por Paddy  tenía  tan darle  algunas sintió  vergüenza como  ofrecérsela,
                                                                                                prefirió
                                                                                                                                        quería
                                                                                          lo
                                                                                            que
                                                                                                                                    ella
                                                                                                                          pero
                                                                                                                   patatas,
       El  testigo  recuerda  que  el  borde  del  disco  mostraba  una  es-          harina  de  avena  terminó  por  darle  toda  la  que  poseía.  Ella  le
    pecie  de  tubos  de  escape  de  quince  a  diecisiete  centímetros  de          dijo  que  la  pusiese  otra  vez  en  el  cazo,  que  ya  volvería  a  por
     diámetro.  La  puerta  medía  casi  dos  metros  de  altura  por  unos           ella.  Él  así  lo  hizo,  y  a  la  mañana  siguiente  el  cazo  se  hallaba
     setenta  centímetros  de  ancho,  y  aunque  el  objeto  fue  descrito           colmado  de  harina.  La  mujer  pertenecía  al  Pueblo.
    siempre  como  un  platillo  o  un  disco,  en  realidad  era  como  dos
    bolos  encarados.                                                               Es  una  lástima  que  Paddy  no  guardase  esta  valiosa  muestra
       Los  dos  ayudantes  enviados  por  el  sheriff  Schroeder  al  lugar     para  ofrecerla  al  Departamento  de  Sanidad,  Educación  y  Bienes-
    del  hecho,  no  consiguieron  encontrar  ninguna  prueba  que  corro-       tar  Público  (Laboratorio  de  Alimentación  y  Medicina)  de  los  Es-
    borase  la  historia  de  Simonton,  al  que  ellos  conocían  hacía  ca-    tados  Unidos.  Tal  vez  este  organismo  hubiera  podido  explicar  el
    torce  años.  El  sheriff  afirmó  que  evidentemente  el  testigo  creía    milagro  de  la  multiplicación  de  la  harina  de  avena,  junto  con
    en  la  verdad  de  lo  que  había  relatado,  y  hablaba  con  gran  sensa-  otras  peculiares  propiedades  de  los  alimentos  de  las  hadas,  pues
    tez  del  incidente.                                                         en  Irlanda  es  bien  sabido  que  al  que  se  lo  llevan  las  hadas  debe
                                                                                 abstenerse  de probar  los  alimentos  que  éstas  le  ofrezcan  en  su  pa-
                                                                                 lacio.  Si  tal  hiciere,  jamás  regresará  y  se  convertirá  en  un  miem-
                                                                                 bro  más  del  Pueblo.
                                  ALIMENTOS  DEL  PAÍS  DE  LAS  HADAS
                                                                                    Resulta  interesante  el  hecho  de  que  el  análisis  realizado  para
                                                                                 el  Ministerio  del  Aire  no  señale  la  presencia  de  sal  en  las  tortas
       El  caso  de  Eagle  River  aún  está  calificado  como  insoluble.  El   que  fueron  ofrecidas  a  Simonton.  Un  irlandés  muy  conocedor  de
    Ministerio  del  Aire  cree  que  Joe  Simonton,  que,  como  hemos  di-     las  costumbres  del  Pueblo  dijo  a  Wentz  que  «ellos  nunca  prue-
    cho,  vivía  solo,  se  puso  súbitamente  a  soñar  despierto  e  insertó   ban  nada  que  tenga  sal,  sino  que  únicamente  comen  carne  fresca
    su  sueño  en  su  medio  ambiente  natural,  del  que  se  hallaba  per-    y  beben  agua  pura».  Agua  pura  es  lo  que  los  «extraterrestres»
    fectamente  consciente.  Tengo  entendido  que  varios  psicólogos  de       pidieron  a  Simonton.
    Dayton  (Ohio),  sede  a  la  sazón  del  Proyecto  Bluebook,  se  dan  por
    muy   satisfechos  con  esta  explicación,  que  también  aceptan  los          La  cuestión  del  alimento  es  uno  de  los  puntos  más  frecuente-
    más  serios  de  entre  los  ufólogos  aficionados.  Por  desgracia,  la     mente  tratados  en  el  legendario  céltico  tradicional,  al  lado  de  los
    ufología, *  como  la  psicología,  se  ha  convertido  en  una  disciplina  relatos  muy  bien  documentados  de  niños  raptados  por  los  elfos
    tan  especializada,  que  sus  respectivos  expertos  no  tienen  tiempo     y  de  los  animales  terrestres  que  ellos  cazan  y  se  llevan.  Pero  an-
    para  formarse  una  cultura  general.  Se  hallan  tan  atareados  racio-   tes  de  que  estudiemos  este  abundante  material,  conviene  que  de-
    nalizando  los  sueños  ajenos,  que  han  llegado  a  perder  la  facultad  mos  algunos  datos  más  sobre  la  misteriosa  gentecilla  que  los  ir-
    de  soñar  y  el  gusto  por  los  cuentos  de  hadas.  Si  los  leyesen,  tal  landeses  llaman  el  Pueblo,  y  los  escoceses,  el  Buen  Pueblo  o  la
    vez  mirarían  con  una  mayor  atención  a  Joe  Simonton  y  sus  tor-     Buena  Gente  (Sleagh  Maith):
    tas.  Así  se  enterarían  de  la  existencia  del  Pueblo  y  los  alimentos
    del  País  de  las  Hadas.                                                           El  Pueblo  es  una  raza apuesta y numerosa  que vive  en  el  mar
                                                                                      y  las  montañas,  y  sus  miembros  son  muy  buenos  vecinos.  Los
       Un  norteamericano  llamado  Wentz,  autor  de  una  tesis  sobre              malos  no  pertenecen  al  Pueblo;  son  los  ángeles  caídos  y  viven
    las  tradiciones  célticas  en  Bretaña,  dedicó,  en  1909,  mucho  tiem-        en  los  bosques  y  el  mar.
    po  a  recopilar  consejos  populares  sobre  seres  sobrenaturales,  sus
    costumbres,  sus  contactos  con  los  hombres,  y  sus  alimentos. 1  En    dice  uno  de  los  informantes  de  Wentz.
                                                                                    Patrick  Water  describe  así  a  un  «hado»;
      *  De  U F O ,  Unidentified  flying  objects,  objetos  volantes  no  Identificados.
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