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     comunicó  el  suceso  al  Ejército.  Casi  todas  las  investigaciones  en  en  el  lugar  existe  vegetación,  ésta  muestra  los  efectos  de  una
     el  terreno  estuvieron  dirigidas  por  el  capitán  John  Rodgers,  jefe  fuerza  aplastante  que  produce  una  configuración  estacionaria  («ra-
     de  la  unidad  de  artificieros  del  Ejército  encargados  de  desarmar   dios  de  una  rueda»),  o  una  configuración  giratoria  (en  el  sentido
     bombas.  En  su  informe  preliminar  indicaba  que  no  se  encon-         de  las  agujas  del  reloj  o  en  el  sentido  opuesto);  (3)  parte  de  la
     traron  huellas  de  quemadura  o  de  colisión,  ni  señales  de  explo-   vegetación  suele  haber  sido  eliminada,  a  veces  con  raíces,  hojas,
     sión.  Y  mientras  el  capitán  Rodgers  declaraba  que  tanto  él  como   etcétera,  inclusive;  (4)  a  menudo  se  observan  los  efectos  de  una
     sus  superiores  estaban  desconcertados,  Roy  Blanchard  hizo  nue-       fuerza  poderosísima  ejercida  en  sentido  vertical,  como  demues-
     vas  revelaciones:                                                          tran  la  tierra  y  las  plantas  esparcidas  por  los  alrededores  del
                                                                                 lugar;  (5)  en  un  solo  caso  se  comprobó  la  presencia  de  una  fuerte
             No  ha  quedado  traza  de  las  patatas  y  la  cebada  que  crecían  actividad  magnética,  pues  en  este  caso  un  fragmento  de  pirita  se
          en  el  lugar  donde  ahora  está  el  -cráter.  No  hay  ni  tallos,  ni  hallaba  enterrado  cerca  del  centro  de  la  depresión;  y  (6)  con  fre-
          raíces,  ni  hojas.  ¿Tan  enorme  fue  ese  objeto,  que  pulverizó   cuencia  existe  en  el  centro  un  profundo  agujero,  de  algunos  cen-
          piedras  y  rocas?  Sin  embargo,  hay  que  suponer  que  descendió   tímetros  de  diámetro*.
          con  suavidad.  No  oímos  ningún  choque,  y  sea  cual  sea  la  ener-
          gía  que  emplee,  ésta  no  produce  calor  ni  ruido. 9                 ¿Es  necesario  que  recuerde  al  lector  aquella  célebre  costum-
                                                                                 bre  de  las  hadas,  consistente  en  dejar  a  su  paso  extraños  anillos
        Posteriormente,  el  19  de  julio,  se  comunicó  a  la  Prensa  que    en  campos  y  praderas?
     el  capitán  Rodgers  había  obtenido  permiso  para  hundir  una  pér-        Un  domingo  del  mes  de  agosto, mientras  paseaba por  las  mon-
     tiga  en  el  hoyo.  Los  datos  que  así  se  obtuvieron  eran  de  lo  más  tañas  de  Howth,  Wentz  encontró  algunas  personas  de  la localidad,
     insólito.  Indicaban  la  presencia  a  gran  profundidad  de  un  objeto   con  las  que habló  de estas  antiguas  leyendas.  Después  de  tomar  el
     metálico  bastante  voluminoso.  Y  se  declaró,  además,  que  «los  de-   té  con  su  interlocutor  y  la  hija  de  éste,  ambos  le  llevaron  a  un
     tectores  se  volvían  locos»,  sin  duda  porque  el  fragmento  metálico  campo  contiguo  para  mostrarle  un  «anillo  de  las  hadas»,  y,  mien-
     en  cuestión  era  altamente  magnético.                                    tras  él  permanecía  de  pie  dentro  del  círculo,  ellos  le  dijeron:
        Así  las  cosas,  vale  la  pena  señalar  que  la  investigación  con-
     tinuaba  efectuándose  abiertamente,  y  esto  principalmente  sin                  Sí,  las  hadas  existen,  y  aquí  se  las  ha  visto  bailar  con  fre-
                                                                                              La
                                                                                                                        altura
                                                                                                                                    bordes
                                                                                                                    gran
                                                                                                             crece
                                                                                                                  a
     duda  porque  era  el  Ejército  y  no  el  Ministerio  del  Aire  quien  se     cuencia. pues  hierba la nunca fina  y  corta  crece  en en  los lugar.  En del
                                                                                                                                            el
                                                                                      anillo,
                                                                                                                               este
                                                                                                       más
                                                                                                 sólo
     ocupaba  de  ello.  Y  el  oficial  encargado  de  relaciones  públicas  del     centro,  hay  un  círculo  de  setas  de  las  hadas,  en  las  que  éstas
     Mando  Sur  del  Ejército  dijo  a  Girvan,  en  Salisbury,  que  el  ob-        toman  asiento  (¡).  Son  muy  menuditas,  y  les  deleita  bailar  y
     jeto  en  cuestión  fue  extraído  del  orificio.  Remitido  a  un  experto      cantar.  Llevan  librea  verde,  y a  veces  chaquetas  y  gorros  rojos.
     del  Museo  Británico,  éste  inmediatamente  lo  identificó  como  un
     trozo  de pirita  común,  «que  hubiera  podido  encontrarse  enterrado        El  12  de  noviembre  de  1968,  la  Prensa  argentina  informó  que
     en  todo  el  sur  de  Inglaterra».  El  experto  en  cuestión  agregó  que  cerca  de  Necochea,  500  kilómetros  al  sur  de  Buenos  Aires,  un
     llevaba ya bastante  tiempo  enterrado  en  el  suelo,  lo  que  eliminaba  aviador  civil  había  observado  un  extraño  dibujo  en  el  suelo,  y  él
     la  idea  de  una  broma.  Y  el  doctor  F.  Claringbull,  Conservador  de  y  varios  militares  lo  investigaron.  Se  dirigieron  a  pie  al  lugar  en
     la  Sección  de  Mineralogía  del  mismo  Museo,  destruyó  la  explica-    cuestión,  donde  los  moradores  de  la  región  afirmaban  que  había
     ción  meteorítica  y,  según  el  Yorkshire  Post  del  27  de  julio,  de-  aterrizado  un  platillo  volante,  y  descubrieron  un  círculo  de  seis
     claró:  «Hay  más  en  este  caso  de  lo  que  parece  a  primera  vista.»  metros  de  diámetro,  con  la  tierra  calcinada  en  su  interior.  Dentro
     No  obstante,  quien  tenía  la  última  palabra  era  el  Mando  del  Sur,  de  este  círculo  crecían  ocho  gigantescas  setas  blancas,  una  de  las
     pero  se  limitó  a  hacer  este  prudente  comentario:  «La  causa  del    cuales  casi  medía  un  metro  de  diámetro.  En  la provincia  de  Santa
     fenómeno  es  aún  inexplicable,  pero  no  es  tarea  del  Ejército  de-   Fe  se  descubrieron  otras  setas  extraordinarias  en  circunstancias
     sentrañar  tales  misterios.»,                                              similares.
        Si  intentamos  resumir  lo  que  hemos  podido  averiguar  gracias         Otro  folklorista,  recolector  de  leyendas  escandinavas,  observa
     a  estos  incidentes  —los  nidos  de  Tully,  el  círculo  de  Ohio  y  el
     cráter  de  Charlton—,  podemos  afirmar  lo  siguiente:  (1)  el  rumor    más *  de Estas  características  son  casi  constantes Valensole,  id.;  Morón  de mundiales,  ade- y
                                                                                                                   en
                                                                                                                      numerosos
                                                                                                                              casos
                                                                                                                                    la
                                                                                       los
                                                                                                  Marliens,
                                                                                          descritos:
                                                                                                                                      Frontera
                                                                                                           Francia;
                                                                                                         en
     público  relaciona  las  observaciones  de  platillos  volantes  con  el    Matadepera,  en  España  (casos  núms.  93-98  y  82  del  Catálogo  de  Ballester-Vallee,
     descubrimiento  de  depresiones  circulares  en  el  suelo;  (2)  cuando    publicado  en  apéndice  al  final).  N.  del  T.
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