Page 155 - AZUFRE ROJO
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154         Antoni  Gonzalo  Carbó        |        El Azufre  Rojo  VIII  (2020), 153-199.        |        ISSN: 2341-1368





                                     «No insinúes nada, que esto es la punta de un dedo que hemos teñido
                                     con la sangre de los amantes.»

                                     Ḥusayn ibn Manṣūr Ḥallāǧ, Dīwān, yatīma 7.





                                     «[…] Como si un ángel, que abarcara todo el espacio, se hubiera
                                     vuelto ciego y sólo pudiese mirar dentro de sí mismo.»

                                     Rainer Maria Rilke, carta a Ellen Delp, 17 de octubre de 1915.




                                     «Pero aquí, en el monasterio, el silencio reina. La fuente tintinea y el
                                     monje regresa. El aire de la montaña corta su pecho, como un hacha.
                                     El monje tose… Su garganta se llena de sangre. […] Sayat Nová cerró
                                     los ojos. […] Sayat Nová decía en voz baja: “Y de nuevo saldrá sangre
                                     de mis heridas…” […] Sobre la cúpula blanca, la oreja amarilla, los
                                     labios grises, el ojo azul del Salvador, nada más… Y el pintor, siempre
                                     en su creación, está suspendido bajo la cúpula, suspendido de un pin-
                                     cel que toca el ojo del Señor.»


                                     Sergej Paradžanov, Siete visiones, «Sayat Nová».




               Resumen: El presente artículo es un análisis comparado de la experiencia visionaria del rojo
               de la sangre y las rosas vinculada a la presencia del ángel en la mística (Rūzbihān Baqlī), la
               poesía (Rilke) y el cine (Paradžanov) como expresión de la aniquilación de sí. Tanto el diarium
               spirituale de Rūzbihān, relato biográf co y hagiográf co extraordinario, como la f lmografía de
               Paradžanov, llena de referencias simbólicas, entre otras, a la tradición persa y al Islam, y sur-
               cada, como el diario espiritual del místico persa, de experiencias visionarias extraordinarias,
               se muestran como elevadas obras de auto-revelación. Asimismo, en la escritura de Rilke, que
               al igual que Dante, era un vidente y aspiraba a ser un iniciado, el ángel constituye, como es
               sabido, una f gura simbólica capital. En sus estancias en Madrid y Toledo pudo admirar la
               obra de El Greco f jando su mirada en la epifanía de la sangre y las rosas. Concluimos que
               Rūzbihān, El Greco, Rilke y Paradžanov comparten una visión similar del color rojo de la
               sangre y de las rosas como experiencia mística sacrif cial en la que los ángeles son testigos
               activos. Como en las visiones de Juliana de Norwich, la sangre extendida constituye en todos
               estos casos una forma de desf guración del cuerpo místico.
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