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Evaluación
La evaluación se lleva a cabo con el íntegro propósito de utilizarla para mejorar
los resultados, optimizar los procesos de ejecución y, si así fuera necesario, para
reconsiderar los objetivos propuestos (Palacios, 1998). Según Nirenberg (2012), se
entiende por evaluación de proyectos sociales a una actividad programada de reflexión
sobre la acción, basada en procedimientos sistemáticos de recolección, análisis e
interpretación de información, con la finalidad de emitir juicios valorativos
fundamentados y comunicables, sobre las actividades, resultados e impactos de esos
proyectos, y formular recomendaciones para tomar decisiones que permitan ajustar la
acción presente y mejorar la acción futura. Por lo tanto, la evaluación debe constituir un
elemento de constante replanteamiento a lo largo de cada una de las etapas del proyecto.
El proceso evaluativo en la educación es complejo. La educación se entiende
como un hecho social, cultural y político, amplio y compuesto de múltiples variables y
factores, en donde, el proceso evaluativo trasciende a los usos de mecanismos de control
y la mera toma de información cuantitativa (Blasco, 2006). La evaluación es
considerada un proceso integral, que se lleva a cabo en forma participativa y
comprensiva.
Del mismo modo, es necesario considerar a la evaluación como un proceso
sistemático de reflexión sobre la práctica. Es decir, que debe contar con metodologías y
técnicas apropiadas para la recolección y el análisis de la información, la cual
alimentará la reflexión y fundamentará los juicios valorativos que se emitan acerca de
las actividades, los resultados y el impacto (Nirenberg O. , 2012) que tendrá el mismo
en la comunidad. Es un proceso continuo que servirá como instrumento de diálogo, para
conocer, comprender, mejorar y tomar decisiones.
Características de la evaluación:
La evaluación educativa debe reunir las siguientes características:
Integral: La evaluación tiene una dimensión holística, debe considerar todos los
aspectos del funcionamiento del proyecto en sí mismo, especialmente todos los factores
que intervienen en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Comprende e integra lo
conceptual, lo procedimental y lo actitudinal (Piatti, 2008).
Continua: La evaluación necesita integrarse en el proceso durante el desarrollo del
proyecto, esta característica le confiere a la evaluación su dimensión formativa o
retroalimentadora, para poder intervenir como orientadora y reguladora permanente
(Piatti, 2008) y modificar aquellos aspectos, elementos o factores que sean susceptibles
de mejora.
Sistemática: Responde a una planificación previamente elaborada, no se improvisa
(Piatti, 2008). Debe ser llevada a cabo de manera ordenada y con la atribución recursos
específicos, ya que es una actividad más del proyecto (Nirenberg O. , 2012).
Contextualizada: Debe tener en cuenta el grupo destinatario, su entorno socio cultural,
su nivel de desarrollo físico y mental, sus motivaciones y expectativas (Nirenberg O. B.,
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