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Resultados
El diagnóstico constó de dos grandes etapas;
Diagnóstico general: el cual hace referencia a un “conjunto de información
teórica-empírica de la unidad de trabajo, que permite: caracterizarla internamente de
acuerdo a ciertas variables relevantes, relacionar la unidad de trabajo con el contexto
global, precisar los problemas fundamentales y secundarios que allí surjan, jerarquizar
los problemas de acuerdo a determinados criterios e identificar los recursos existentes
en relación al problema” (Barros, 1982), en la cual se realiza una recopilación
bibliográfica de los datos ya disponibles en cuanto al movimiento cooperativo, la
historia y el funcionamiento de la cooperativa de Montecarlo y su juventud, entre otros
datos.
Diagnóstico específico: Una vez “elegido él o los problemas a abordar en
virtud de los criterios de jerarquización establecidos, corresponde iniciar su estudio en
profundidad, tarea que corresponde al diagnóstico específico, que es la expresión del
conocimiento de un determinado problema” (Barros, 1982). Paralelamente a la
búsqueda de información se realiza esta etapa, la cual cuenta con varias estrategias
metodológicas; reunión con utilización de lluvia de ideas, encuestas y un taller.
Caracterización de la población o zona
“Una Cooperativa es una asociación autónoma de personas que se unen
voluntariamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y
culturales comunes, por medio de una empresa de propiedad conjunta
democráticamente gestionada” (Berger, 2013), donde deben tenerse en cuenta diversas
conductas para los esfuerzos grupales y, de este modo construir un proceso en el cual la
participación, el diálogo y el debate, permitan generar consensos y compromisos
perdurables en el tiempo.
Nace la Cooperativa Agrícola Mixta de Montecarlo Limitada.
Todas las instituciones cooperativas tienen su origen en miras a un futuro mejor.
El objetivo general se encuentra centrado en reducir los costos de insumos, materiales y
artículos de consumo, así como eliminar intermediarios o contratistas, de manera tal que
la comercialización pueda ser directa con las distintas empresas o instituciones
compradoras de los productos finales, ya que estas intermediaciones encarecen
enormemente el precio final, restando ganancias a los productores.
En Montecarlo, en el año 1928, se hablaba de la necesidad de unirse y construir
una cooperativa que defendiera a los colonos, especialmente en la comercialización de
sus productos. Así, salen a la luz dos grandes protagonistas de esta historia; Ludovico
Gótz, colono de Ita Curuzú, el cuál fue gremialista ferroviario en Alemania y Antonio
Arredondo director de la escuela de Guatambú; inquietos cooperativista que se sentían
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