Page 440 - Egipto TOMO 2
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352           DE LA CIUDAD DE AMON A LA CATAEATA
                  más lejos, hácia el Sur, levántase la aldea de el-Kab, con los restos de la antigua ciudad de
                  Necheb. Al parecer, y  fundándonos en su antiguo nombre egipcio, explicado por vez primera
                  por Dumiehen, de un modo que nada deja que desear, Esne parece haberse formado de
                  Necheb, después de la total expulsión de los Hyksos. En efecto, Será, de donde se forma
                  Esne, puede significar traslación de uno á otro lugar, y se explicaría teniendo en cuenta el
                  emplazamiento que tenia en la orilla oriental del Nilo durante el antiguo imperio. No subsiste
                  de él más templo que una sala hipóstila; mas basta verla para comprender la razón de haber
                  dado los egipcios á Esne el título de A ni,  la Ciudad de las columnas.  El santuario principal
                  que en su recinto se encerraba, hallábase consagrado á la triada de Chnum ó Chnum-Ra, de
                  Nebuu, formada de la Neith de Sais y de su hijo Kalii. Los griegos daban á Esne el nombre
                                             de Latópolis, del pescado latus, que recibia en ella
                                             un culto especial, hallándose también representado
                                             en las monedas del nomo.  Si este animal sagrado
                                             v los honores que se le tributaban, no se hallan
                                             mencionados en la gran sala hipóstila, no por esto
                                             debemos sorprendernos,  puesto que dicha sala
                                             constituye simplemente una parte insignificante
                                             del templo: el sancta sanctorum y las cámaras que
                                             lo rodean  los patios y los pileos se hallan sepul-
                                                   ,
                                             tados bajo las arenas, bajo  el limo arrastrado por
                                             las inundaciones, bajo las mismas ruinas, pues
                                             sobre  la plataforma del mismo se extienden en
                                             gran parte las calles de la ciudad. Para descubrir
                                             las porciones que yacen enterradas, seria, indis-
                                             pensable destruir la mitad de la población. Hasta
                                             la misma  sala  hipóstila  accesible  aún,  hállase
                                             como incrustada de barro y de las hierbas arras-
                                             tradas por las inundaciones, hasta la altura de los
                           en el bazar de esne  capiteles de las columnas. A ella llegamos al cabo,
                   después de habernos trasladado desde el puerto á la ciudad y de haber atravesado ésta en
                  toda su extensión.  Penétrase en ella por medio de una callejuela cerrada: pertenece á la
                  administración de hacienda de la provincia, y se desciende al interior por medio de una
                  escalera. La luz penetra en la misma por los espacios que quedan libres entre la primera fila
                   de columnas.  Al  fin nos encontramos en medio de  la  sala. Está intacta:  el efecto que
                   produce su esplendidez es indescriptible: sorprendiónos su grandeza y la perfecta armonía de
                   cada una de las partes que la componen; la riqueza de la invención, y la infatigable actividad
                   de los escultores que la han cubierto de inscripciones y de cuadros sin dejar en toda la pared
                   una  sola pulgada  sin adornar.  Veinticuatro columnas soportan los robustos  sillares del
                   arquitrabe y  las macizas  losas del techo.  Cada una de ellas mide once metros treinta
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