Page 89 - El manuscrito Carmesi
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Antonio Gala Descargado de http://www.LibrosElectronicosGratis.com/ El manuscrito carmesí
La luna no es eterna ni en Bagdad, ni en Granada: cuando amanece se disuelve en tu
copa.”
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“En toda guerra tiene que haber victorias; pero hasta el final no sabremos quién será
el vencedor.
Acogido a las manos de la noche, yo me defiendo de tus ojos y te miro.
¿El duelo no es a muerte? ¿No habrá sangre?
Si la hay, ni el vaso manchará, ni los manteles.
El denostado de antemano soy yo.
Entretanto, le robo a la amistad tus besos, y con el codo empujo mi soledad a un lado.”
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“Tú me provocas con gestos halagüeños y con los mismos gestos me rechazas.
Eres una cadena que me detiene y que no se termina.
Entre tus manos se devana una madeja de todos los colores; hemos bebido tanto que
ya no los distingo.
Sólo me guío por la luz de tus ojos, que no sé adónde me conduce, ni si me orienta,
copero, o me extravía.
Al Rachid se retiró, borracho, hace ya tiempo.
Bagdad no es ya Bagdad, sino tú y yo entre la música, las risas, la alborada y los
dulces.”
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“Fuera, llueve sobre Granada.
La noche da de beber a los jardines lo mismo que tú a mí; pone sus manos mojadas
sobre el polvo; abrillanta las azules palmeras; decapita con mimo los pacíficos, los altos
alhelíes, los jazmines, las malvas reales, los claveles, las anchas rosaledas, las caléndulas.
Los decapita y llora.
Sí, a pesar de mi herida, tarda en fluir la sangre, no me culpes: tus ojos secaron,
cuando llegué, mi corazón.”
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