Page 133 - I. Origen de los indios de Amrica. II.Origen y civilization de los indgenas del Peru
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    en so obra De rebas Salomone; Maydo, en lus Días Canicu-
    lares; Hervas, en su Catálogo de Lenguas; y otfos mái,
    concordando todos en que la Atlántida existió en tiempos
    muy remotos, para desaparecer, en    el espacio de una no-
    che, por efecto de un gran cataclismo geológico.   Opinan
    también que "los Indios americanos tienen su origen de la
    gente que vivía en la Isla Atlántida, que de allí pasaron pri-
    mero á las islas de Barlovento ó Hespérides, cerca de la At-
    lántida, y de aquellas á la Tierra Firme de América, pues
    según afirma Platón en su Timeo, y con él Hesiodo, Eurípi-
    des y Solón, "la Isla Atlántica era una isla de tanta gran-
    deza, que era mayor que África y Asia juntas, desde la cual
    había contratación y comercio á otras islas, y de estas islas
    había comunicación y trato á la Tierra Firme y Continen-
    te que estaba frontero de ellas, vecino del verdadero mar;**
    añadiendo además, Platón: "que los habitantes déla isla
    Atlántica tenían conocimientos de la navegación y arte de
    hacer navios y que tenían grande suma y copia de navios  y
    aún puertos hechos para conservación de ellos."
        Estas noticias dadas por Platón en su Timeo, son, lo
    repetimos, las más antiguas y circunstanciadas sobre la isla
    Atlántida ó Atlántica, sobre su situación y extensión (1);
    empero, á juicio de algunos críticos, ellas no bastan ni dan
    fundamento para haber asegurado la existencia, eñ aque-
    llos tiempos, de la vastísima isla de la Atlántida, que algu-
    nos autores creen que haya sido parte de la misma América.
        Ei hecho real es, que la existencia de la pretendida Isla
     Atlántida se halla aún envuelta en el mayor misterio. Se
    supone que en época remotísima haya habido comunicación
    por tierra unida entre la América y la África,  y  que esa mis-


       il) La Atlántida, se dice, tenía tres mil stades de largo sobre dos mil de
     ancho, ó sea, más ó menos, ciento cincuenta leguas sobre cien. Según Balby,
     la stade corresponde á cincueatiuna toeaas, un pie y noventidos ccntésimoi
     dt pulgada^
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