Page 44 - Novelas
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36 OBRAS DE SELGAS.
pero qué diferencia ! Surgía entre ellos la misma
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distancia que hay entre el bullicio del mundo
y la soledad del sepulcro. Eran un hombre y un
cadáver: el primero vivía; el segundo se sobre-
vivía. En la geometría hemos encontrado el
único punto de semejanza exterior que los acer-
caba , y sin salir de la ciencia de las cantidades,
podemos hallar la diferencia interior que los ale-
jaba. Eran, uno la fantasía del álgebra y el otro
,
la precisión de la aritmética.
Se contemplaban mutuamente guardando en-
trambos un profundo silencio. Elias, absorto,
porque nunca la figura de su administrador le
había parecido más cadavérica , y se creía en
presencia de un espectro; el espectro, porque era
de suyo sombrío y silencioso.
Ai fin Elias le señaló una magnífica butaca de
terciopelo de Utrecht, y el espectro se sentó,
como obedeciendo á la presión de un resorte y
,
haciendo crujir sus huesos al sentarse. Después
le presentó la carta del Banquero, y el adminis-
trador alargó su brazo descamado y la cogió
con dos dedos, lo mismo que hubiera podido co-
gerla con unas tenazas.
La leyó con semblante impasible , y , después
de leída, arqueó las cejas en señal de muda ad-
miración , diciendo con voz sepulcral
— Exacto.
— Bien (añadió Elias , mirando con indife-