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La Vitamina C. Misil Sanador de la Naturaleza
No es toxico para el tumor, ni tampoco radioprotege el tumor. En
contraste con los estudios in vitro, este reduce la potencia del
Misonidazole.
Finalizado el estudio en 1974 por Cameron y Campbell en el que se
suministró 10 grs. al día de ácido ascórbico en 50 pacientes con cáncer
se afirmó que la vitamina C tiene un valor profiláctico en el cáncer si se
toma en dosis diarias de 1 a 10 grs.
INFERTILIDAD
La vitamina C parece influir tanto en la fertilidad masculina como
femenina. Este nutriente claramente protege el esperma del daño
oxidativo, el cual es causado por los contaminantes ambientales y los
químicos hallados en el aire, agua y alimentos. Se ha estimado que la
fertilidad masculina ha aumentado del 0.5 % a 1% cada año. En varios
estudios a donde se suministró de 200 mg. a 1000 mg. de vitamina C
diariamente, el conteo de esperma aumentó el esperma anormal revirtió
a su estado normal, y se incrementó la motilidad del esperma. Lo anterior
sugiere que la vitamina C es crítica para mantener y restaurar la salud
del esperma. En las mujeres, los ovarios son uno de los depósitos más
grandes de vitamina C. Esta se halla asociada con la actividad hormonal
que involucra la infertilidad femenina. Cuando mujeres recibieron 400
mg. de vitamina C al día los efectos inducidos por la ovulación del
citrato de Clomifeno fueron superados. Además, grandes cantidades de
vitamina C son utilizadas durante la concepción humana ya que son
necesarias para mantener la integridad de las membranas fetales. La
vitamina C es importante para el metabolismo de las hormonas estrógeno,
progesterona y testosterona.
Casi el 90 % de las anormalidades genéticas en los bebés son
asociadas con fallas en el DNA paterno, y no en el materno. El ácido
ascórbico es claramente necesario para proteger el esperma del daño
oxidativo producido por los radicales libres y otras especies de oxigeno
activadas. La concentración de ácido ascórbico en el fluido seminal es
muy alto (70 mg. / L, ocho veces mayor que en el plasma sanguíneo). El
Dr. Bruce Ames encontró que una mínima ingesta de 250 mg. de ácido
ascórbico diarios era necesaria para proteger el DNA del daño oxidativo.
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