Page 33 - El Terror de 1824
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EL TERROR DS 1824
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Puerta de Toledo, paróse para ver los carros^
que ya á mediana distancia iban por el Paseo
Imperial. Bien pronto dejó de verlos, á causa
di la obscuridad; mas conocía su situación por
el farolillo que el vehículo delantero llevaba.
Con voz sorda habló así el viejo patriota: .
— [Obi tú, el héroe más grande que han
producido las edades todas, insigne campeón
de la libertad española, soldado ilustre, Riego,
amigo mío, si ahora vas conducido entre sa-
yones en ignominioso carro, mañana tendrás
un trono en el corazón de todos los españoles.
Si te arrastran á suplicio afrentoso los infa-
mes verdugos á quienes perdonamos cuando
éramos fuertes, tu nombre, que tanto repugna
á despóticos oídos, será un símbolo de libertad
y una palabra bendita cuando, humillada la
tiranía, se restablezca tu santa obra. Subirás á
la morada de los justos entre coros de patrióti-
cos ángeles que entonen tu himno sonoro, mien-
tras tu patria se revuelve en el lodo de la reac-
ción domeñada por tus verdugos. ]Oh, feliz
tú, feliz cuanto grande y sublime! ¡Varón ex-
celso, el más precioso que Dios ha concedido
á la tierra, si fuera dable á este humilde mor-
tal participar de tu gloria!... ¡Si al menos pudie-
ra yo compartir tu martirio y entrar contigo en
la cárcel, y oir juntos la misma sentencia, y
subir juntos á la misma horcal.. Este honor
yo lo ambiciono y lo deseo con todas las
fuerzas de mi alma. Vacío y desierto está el
mundo para mí, después que he perdido al lu-
cero de mi existencia, á aquel preciosísima
mancebo inmolado como tú al numen sangui-