Page 13 - Tinterillo_Neat
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Si tan sólo se pudiese ver a mi interior, vería que todo es pintoresco y divino aquí
                  dentro.
                  Mi inofensiva cabeza pensante en nada me impedía recordar. Apenas llevo como el
                  aroma es llevado por las rosas, una memoria de cuando era un angelito bestial, que
                  hacia feliz a Mamá Dios.
                  Ahora lo he hecho sollozar tanto.
                  Lo único que quiero, es hacerlo sonreír como en la antigua eternidad; pero este trocito
                  de amor celeste ya ha estado afligido, y sus instintos son ahora distraídos. Tener
                  cerebro es algo que jamás te deja en paz, porque no me detengo de pensar, no ceso de
                  hacer aquello que no me compete, y no paro de latir este órgano en pecho.
                  Volví a suspirar.
                  Continúe con posar mi mano en un gesto de amor verdadero, al acercar mis dedos al
                  fuego que danzaba. El calor se intensificaba como el más desesperado abrazo, y mi
                  rostro evadía quejarse.
                  La rabia de perro era la que no me permitía ceder, pues realmente tenía ira con mi
                  torpeza de caído, porque mi lamentación era más fuerte que mi agotamiento y
                  raquitismo.
                  Sin darme cuenta ese fue otro suspiro. Pero mis dolencias eran delicias en
                  comparación a lo que en verdad merecía...
                  Un tono negro se posó como funda en las huellas de cada dedo. Eran el gordo, índice y
                  medio, los adornados por el color carbón que tan común era ya, dormir ante mis ojos.
                  Sólo entonces escribí sobre mi rostro un gesto de felicidad. Era mi mirada la que
                  regocijo soportaba, pues allí descansaba mi verdadera sonrisa: mi mortecina vista se
                  tornó iluminada y mágica como una burbuja. Casi parecía iridiscente como ramo de
                  colibríes.
                  El iris de mi melancolía se notaba
                  atrapado en los tonos que
                  resplandecían a mil sonrisas.
                  Verde turquesa, azul bebé, y lila. Así yo
                  sentía la gama de mi alegría, porque
                  era una combinación que traía a mi
                  presente los bellos recuerdos con gran
                  melancolía y profundo ondear de mi
                  estadía celestial. Entonces, solté un
                  aire sentimental entre mis finos labios
                  inexpresivos.
                  Permanecí con la mano derecha
                  cultivada en la llama. Inicié a emanar
                  una pestilente fragancia a pétalos
                  podridos, y mi boca sellada parecía
                  abrirse para recitar la palabra divina,
                  que daría a entender mi petición a
                  recordar.
                  No deseaba respirar más para poder
                  divertirme un poco, pero necesitaba
                  hacerlo para sentir el dolor del fuego
                  quemando las yemas de mis dedos.
                  Tan sólo necesito sufrir para encontrar

                                                          -por Dios
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