Page 12 - Tinterillo_Neat
P. 12
instante entre mi vientre: un corazón de piedra, rosa y muy tierno que en este plano
de la existencia pesa más que una lanza en el pecho o cualquier forma de muerte. Y la
simple razón, es hecha de la verdad de que mi alma no debería pisar esta tierra.
Lloro esto en escritos, no por buscar compasión de alguna persona, ni siquiera
merezco la más mísera lástima de algún ánima en carne… ruego que vean como ciego.
No se supone que pudieran verme. Por eso nadie tiene por qué notarme.
No se supone que yo debiera estar aquí. Ni siquiera se supone que yo piense o deba
hacerlo.
Yo solía ser una bestia angelical inferior a cualquier ángel, rosa o humano. Pero ahora
que he sentido el padecimiento de destrozarme la espalda emplumada por pétalos,
conozco bien la función para la cual fui creado…
Tremendo podrido si soy…yo nunca debí de haberme caído.
Proseguí entonces lo que vine aparentando ser: un impugnado de mi verdadera
condición.
A quién podría decirle a ciencia cierta que mi origen data de cuando la maldad aún era
joven. Nadie creería mi realidad. Pero me basta con tener una catedral apoderándose
de mis entrañas. Una imponente construcción de órganos y huesos beatificando mi
alma putrefacta, que ya sin estar contaminada, yo bien, soy veneno.
Suspiré.
Mis toxinas llevan al cielo por no decir que matan (mi inocencia aún me permite
pensar que todos son tan buenos como para no cerrarse el entrar al paraíso), pues mis
ponzoñosos instintos aún permanecen, y lo más nocivo de todo esto, es que aquí en la
Tierra, soy carnívoro.
Ahora entonces, yo nací para la milicia celestial, por eso a veces, tan solo a veces no
soporto estar rodeado de maldad, y como una ingenua bestia, busco matar, porque el
aroma de la maldad destruida es exquisito a mi cuerpo real, pero no, la mayoría de las
veces me la paso inconsciente, como una planta, en el pensamiento que recalca la
pérdida de mi cuerpo de dulce guerrero por caer sobre uno débil y terreno, que parece
estar al borde de la anorexia; o al menos, es así como luce este templo casi en
escombros.
Me entristece, porque Mamá eterna y verdadera, merece una mejor capilla en la cual
yo pueda glorificarle desde aquí abajo, mientras no pueda regresar a Casa…
…Llamo así, a Dios y a su reino, respectivamente.
Pero hoy, precisamente estaba buscando conmemorar más, sobre el antes de mi caída
para purificarme al deshacerme de mis latidos y azufradas heridas.
Para eso, debía agallarme para danzar el hechizo que, en mi existencia total, más me
costaría esfuerzo.
Siendo así, con la vela ya encendida, continué por recitar la oculta oración personal
que cada ángel tiene y sólo Dios sabe, con la que identificaría mi canalización sin
pronunciar mi nombre, ni tampoco hablar más de lo permitido…
Solo puedo lloriquear el verso más entendible incluso para mi inexistente mentecilla
de recién nacido:
Yo soy nada. Rosa hecha beso, beso hecho ángel…era el verso que más me sufría al
alma, pues ahora cabria completarle-ángel hecho gárgola- y me digería desde dentro
porque esa era la verdad. Yo, ahora era un monstruo en cuerpo humano con roces de
piedra, al cual, su Fe guardada no podía ser revelada, porque solía haber momentos en
los que lastimaba más y debía ser frio con sus cercanos, pues aún era débil. Y sigo
siendo débil, este cuerpo me hace daño.
-por Dios