Page 120 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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          que hacía, esas divagaciones perturbaban sus horas de estudio, sus
          sueños, sus anhelos.
          Pero, sin embargo, había algo que lo llenaba de entusiasmo, no se
          sentía culpable por nada, volvía atrás escarbando el pasado, todas
          las conversaciones con ella y nunca encontró un motivo que a ella
          lo haya enojado o contrariado. Finalmente se dijo que aborrecía lo
          que hacía, porque Alejandra ya no estaba a su lado, y lo que es
          peor, no podía ni visitarla. Sintió como si una especie de falta de
          coraje y desconfianza se apoderó de su cuerpo, ahora el estudio le
          parecía servidumbre, una pérdida de tiempo que no podría reme-
          diar nunca. Lo que sucedía es como ya dijimos, que él padecía neu-
          roticismo.
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