Page 170 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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          Al ingresar al lugar de su primer trabajo, encontró a varios jóvenes
          que comenzaban la jornada. En aquel tiempo el país atravesaba por
          una grave crisis económica debido a la pésima política económica
          de la UDP, los sueldos subían cada mes en millones. Seis meses de
          trabajo y Pascual Pascutini cumplía sus funciones a las mil maravi-
          llas: como se dice,  “escoba nueva barre bien”. Luego comenzaron
          los problemas.

          Al finalizar el séptimo mes de trabajo, faltó dinero cobrado, el
          cajero de la empresa se dirigió directamente con el tío de “Tres
          PPP” y le informó que faltaba una alta suma de los cobros de su
          sobrino lejano. “Por esta vez, esto pasa por alto, la próxima te
          retiro de la empresa”, sentenció el tío. Uno de los trabajadores
          comentó que el sobrino de Encarnación  frecuentaba lugares poco
          recomendables por el cuarto anillo; asimismo,  fue visto en un
          burdel de mala muerte. El amigo de Pascual Pascutini Piérola era
          un tal Pastorcito Delcordero Blanco, empleado de la misma em-
          presa que tenía un prontuario voluminoso por varios casos de co-
          rrupción en otros trabajos. Tenía otros apodos: “Caracortada”,
          “el Jichi”, “Pata e´ lana”, le decían también aguilillo y cunumi
          alzau. Le decían “el Jichi” porque era bueno para todo y para
          nada, era ágil y hábil para muchos quehaceres. Realizaba tareas
          inverosímiles. Cierta vez le dijeron si podía cruzar a nado en
          Piraí con aguas crecidas.  Fue y volvió a nado sin problemas y
          dijeron: claro por eso le dicen jichi, es capaz de todo. A veces
          era un poco bellaco, mequetrefe, pero certero y holgazán. Le de-
          cían “Pata e´ lana porque una noche lo pillaron chuto en cama
          ajena. Cuentan que el marido muy celoso le cortó la cara con una
          daga, desde la parte inferior de la oreja derecha hasta el labio su-
          perior, y desde aquel día lo apodaron “Caracortada”. Lo apoda-
          ban también camba joichi, andaba buscando líos con unos y con
          otros. Le decían asimismo “camba aguilillo”, porque era bueno
          para enamorar a cuanta mujer se le atravesaba en el camino.
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