Page 185 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                           175



            La vida te enseña de todo un poco, es una gran verdad. Pascual
            Pascutini y su amiguito Pastorcito Delcordero Blanco, deambu-
            laron en busca de vida fácil, pero no consiguieron nada. El gran
            problema era Pascual Pascutini, quien aprendió el trabajo hon-
            rado, a ganarse el pan de cada día, como se dice a sudar la frente,
            algo que aprendió en “El Choré”.

            En Portachuelo “Tres PPP” y “Pata e´ lana”  se ganaron el pan de
            cada día cargando quintales de arroz en un ingenio, era duro el trabajo
            y ganaban poco pero al final ambos recibían el pago diario. Luego
            se marcharon para Minero donde aprendieron a cortar caña de azúcar,
            un trabajo sacrificado. En aquellos tiempos “Tres PPP” fue apren-
            diendo otra vez lo que es la vida, que cuesta labrarse un destino, un
            destino diferente al de su primo Euclides Santacruz Piérola, quien
            con la ayuda de su padre se graduó de arquitecto, y siguió trabajando
            mezclando la profesión con sus aspiraciones para la primera magis-
            tratura del país.

            Una noche escuchó a don Carmelo Montero Algarañaz, quien le dijo
            dos frases claves que cambiaron sus pensamientos que lo incitaban
            a la holganza. Las dos frases fueron: "Trabaja como si fueses a vivir
            para siempre, y vive como si fueses a morir hoy” y “El trabajar
            cuesta, pero cuesta más el no trabajar”.

            -Yo aprendí de todo en la vida –prosiguió don Carmelo-, mi padre
            nos abandonó cuando yo era muy joven, y después junto a mi madre
            y mis ocho hermanos nos enfrentamos al destino; no es verdad que
            tenemos marcado nuestro destino, es la vida misma la que marca
            nuestro destino. Fui mozo muchos años, labré mi vida cortando caña,
            luego tuve la fortuna de encontrar a una mujer virtuosa, quien puso
            su hombro en mi vida y ahora soy un importante productor de caña.
            ¿Sabe jovencito? Alguien me enseñó una frase del gran escritor Fran-
            cisco de Quevedo: "No es sabio el que sabe dónde está el tesoro, sino
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