Page 189 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
P. 189

La trágica noche de Santacruz                            179



            cumplió su palabra.
            Desde la hacienda “Andalucía”, “Tres PPP” y “el Jichi” fueron
            trasladados por Capablanca a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
            El padre de Alejandra aceleró los planes en los carnavales de 1997.
            Fueron alojados en un inmenso galpón, en un sitio lejano de la
            Villa Primero de Mayo. Era el dormitorio de los dos mozalbetes.
            En el mismo galpón había una pequeña cocina, un buen baño, una
            especie de dormitorio. Allí mismo, el  capitán Bordenave fue de-
            positando armas de todo calibre y marca, pistolas italianas, pistolas
            ametralladoras Uzi, pero en cantidades industriales, contrabandea-
            das por Brasil, era armamento moderno, letal.

            -Mierda –dijo “el Aguilillo”-, este arsenal en como para una guerra.

            Años después, los amigotes que una vez estafaron a una madura
            millonaria, recibieron instrucción militar para matar.
            Barbarroja les enseñó lo elemental para perder el miedo y matar
            sin piedad, no tenía ni la menor idea que estos dos mozalbetes te-
            nían pavor a las armas; es más, nunca habían matado antes ni un
            chulupi. Cuando formaban la “Banda de los Cuatro” eran buenos
            para gritar y decir bravuconadas, pero… agarrar un revólver, una
            pistola o ametralladora, nunca. En la prueba de fuego, uno de ellos
            fue el primero en caer abatido a tiros.

            Bordenave les recalcaba: “Es esencial tener claras las cosas que
            van a hacer, deben conocer bien las armas que utilizaremos esa
            noche en un túnel. Hay que tener mucha perspicacia, caminar en
            la oscuridad, identificar nuestro objetivo, en todo caso se actúa a
            la velocidad de un rayo.  Utilizaremos pistolas o revólveres poten-
            tes, usaremos lentes de visión nocturna, nosotros vemos y ellos no
            nos ven. Cada uno tendrá un arma lista para disparar. Con esos len-
            tes identificamos a nuestro objetivo y metemos bala. Nos oculta-
            remos en el túnel, cuando llegue una mujer junto al candidato
   184   185   186   187   188   189   190   191   192   193   194