Page 191 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                           181



            dormitorios donde ellos algunas noches recibían compañía feme-
            nina. “El enmascarado de plata” prefería compañías de “La Po-
            tranca”. Una heladera repleta de toda clase de bebidas, un amplio
            jardín, allí vivieron al menos dos meses.
            -“Escuchen bien –les dijo un día Centurión-, ustedes solamente
            van a distraer a las tropas del Colmilav, por si algo sale mal en el
            túnel donde vamos a matar a un candidato presidencial. No entren
            en combate frontal, nada de eso, es muy peligroso. Si cometemos
            un error como les digo, y desde el Colmilav se desplazan efectivos
            militares, entonces ahí ustedes entran en acción. Leoluca Primitivo
            Nerón todo está en tus manos”

            “El enmascarado de plata” fue elegido para meter bala y solo ame-
            drentar a las fuerzas gubernamentales. Y eso sucedió ese domingo
            18 de mayo sobre la faja de aterrizaje del aeropuerto El Trompillo.
            El chofer será Perfecto Ladrón Honrado.

             Por las afueras de Porongo simularon un ataque militar a dos ob-
            jetivos, y todo salió bien. Un día, a bordo de la camioneta Toyota
            4x4, admiraron la destreza y valentía de “Juan Sin Miedo” y “el
            Valiente”, quien ágil proveía de balas a “El enmascarado de plata”.
            Allí, los tres se quedaron pasmados al ver a Leoluca enfurecido
            disparar la ametralladora, luego otra vez una demostración de
            fuerza y otra vez el hombre que aprieta el gatillo de la M1919 Bro-
            wing sin pestañear. Alguien le sugirió a Capablanca comprar una
            tanqueta de fabricación británica modelo Mark 1, con ese motori-
            zado militar sembrarían el terror en la faja del aeropuerto El Trom-
            pillo. Centurión compró el vehículo militar que demoró demasiado
            en llegar.

            Capablanca hizo cotizaciones con un amigo que tenía en Londres,
            de la capital británica le enviaron el costo de la tanqueta Guy Mark
            1, luego el padre de Alejandra envió los Washingtones para el pago
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